diciembre 22, 2009

Feliz Navidad

Estimados lectores...

En esta ocasión no hay temas de la agenda nacional. No escribiré sobre temas políticos, ni religiosos, ni sobre sexualidad ni mucho menos sobre aspectos de la personalidad de los seres humanos. No. No hablaré de ello.

Hoy mis letras estan encaminadas a expresar mis mas sinceros deseos en esta Navidad que se aproxima como una inmensa bola de nieve.

Desde este escritorio, con la voz de Elaine Paige y Susan Boyle cantando "I Dreamed A Dream" como fondo musical, en una fria noche de este diciembre, quiero usar las letras para hacerme presente.

Si, hacerme presente, a la distancia, pidiendo para que en sus familias, por muy extensa o muy pequeña que esta sea, siempre los acompañe la paz y la salud. Porque se podrá tener todo, pero cuando estas dos faltan, la vida deja de serlo.

Que pasen una muy Feliz Navidad. Ya nos veremos en Año Nuevo.

Que dios los cuide. Saludos.

noviembre 19, 2009

Perdonar el éxito



El fin de semana sucedió.


Estuve sentado en una mesa en un convivio social. No fui obligado. Pocas veces hago las cosas por compromiso. Si no me nace hacer algo, simplemente no me muevo.

Ni al escribir aplico la obligación. Tiene que existir un tema que me haga meditar o que me apasione para poder sentarme frente a mi computadora personal para teclear.

En fin, el asunto es que quise acudir al evento y así lo hice.

Y en esa reunión, pude platicar con una mujer con la que me une una amistad de muchos años. Casi el mismo tiempo que tenía de no verla.

Fue extraño. Siendo amigos, platicamos como unos desconocidos. No sabía nada de su vida, de sus aventuras, de sus viajes, de su familia, de sus logros. Platicar con esa ignorancia sobre ella, me permitió conocer aspectos que me hicieron no comprender algunas cosas que me explicaba.

Con su plática, pude darme cuenta de muchas aristas de su personalidad. Y es que ahí, sentada a mi lado, estaba una mujer verdaderamente exitosa en la vida.

Con una profesión que le había permitido tener la solvencia económica para viajar por el mundo.

Se había hecho sola. 36 años de su vida y ya tenia al éxito transpirando por los poros de su piel.

Poseedora de una belleza tan natural, que podía ser admirada hasta por los que la veían caminar de espaldas. Con una elegancia que podía distinguirse con solo observar el barniz de las uñas de sus pies.

Con una carrera muy sólida en el mundo de la capacitación empresarial. Laborando en la Ciudad de México para una firma que asesora a grandes compañías en todo el país. Ahí estaba la mujer de éxito.

Pero yo notaba algo en su plática. Y su mirada me lo confirmaba.

Por la confianza que caracterizó mi amistad con ella en la adolescencia, le comenté lo que yo observaba.

Y lo hice porque de no haberlo hecho, yo explotaría.

Cuando le expresé que yo notaba una mirada triste en ella, como un resorte giró su rostro hacia mí, con un gesto que me hizo recordar a un alumno cuando, en pleno examen, le dije que había descubierto su acordeón.

Se quedó en silencio por breves segundos. Y así, sin más, me dijo que todo lo que tenia, todo lo que ella poseía, gustosa lo cambiaria por una familia.

Esas palabras todavía caminan y chocan en las paredes de mi mente tratando de encontrar una salida.

Si, la mujer exitosa, la asesora ejecutiva, la que cuenta con departamento en zona exclusiva en la capital del país, la que posee dinero suficiente para darse sus gustos y caprichos como ropa, joyas, zapatos y demás; estaba confesándole a un amigo “desconocido” que todo eso no tenia valor en comparación con una familia.

Me hizo saber que ella en lo personal, desde niña anhelaba ser una mujer exitosa. Y fue caminando por su vida hasta alcanzarlo. Pero que se dio cuenta que no podía tener una pareja por los tiempos que su profesión maneja.

Me comentó que no ha podido mantener una relación duradera. El final de las historias de amor que ha vivido siempre tienen el mismo final. Ellos se van.

Me comentó que muchas veces pensó que sus relaciones terminaban por el tiempo que no les daba; pero en el fondo, ella sospechaba que su éxito opacaba a sus parejas.

Ganaban menos sueldo que ella. No tenían el mismo nivel que ella. No tenían la misma proyección que ella.

Y era así porque los de su mismo nivel económico buscaban a parejas con un abolengo familiar. Apellidos con un lugar en la sociedad.

La solución a su problema no la encontramos en esa plática. Terminamos de conversar con los correspondientes comentarios de mi parte hacia ella. Me despedí expresándole que su vida me resultó interesante, digna de una reflexión como la que hoy estoy haciendo en mi blog.

Sin faltar a la ética y tratando de no defraudar su confianza, le pedí me permitiera escribir sobre lo conversado. Solo sonrió, aprobando con ello mi petición.

Y aquí estamos, compartiendo con ustedes esta historia que quizá para muchos tenga una explicación lógica. Pero para otras personas, como yo, no es tan sencillo de comprender.

Y esto lo comento porque muchas veces he escuchado a mis amigas decir que por tener una familia sacrificaron su carrera y el éxito.

Que prefieren el éxito obtenido en el hogar y en su familia. Y cuando hablan de ello, el orgullo les sube por las venas, como sube la marea en la playa al entrar la noche.

Pero en la otra sala, están las exitosas en la oficina. Las que brillan en el ámbito laboral. Las que los cargos públicos y los puestos de alta jerarquía les llegan por si solos.

Que se preparan para ello y no se detienen hasta conseguirlos. Las que opinan que es mas fácil cuidar una oficina que tener paciencia para cuidar a los hijos.

Y por la maternidad ni se preocupan. Ser madre soltera es una opción. Aunque también existen otras mujeres que opinan que tener hijos solas es un acto egoísta, toda vez que privan de que el niño goce de un padre y por consecuencia una familia. Todos los puntos de vista los respeto a morir.

El asunto es que ambas son exitosas. Ambas destacadas. Una en el hogar y la otra en la oficina.

Sin embargo, cuando “las exitosas del hogar” ven llegar a “la exitosa de la oficina”, cuando ambas coinciden en el mismo lugar, la incomodidad las toma del brazo y las zarandea. Y la mirada por la comisura de los ojos no se deja esperar.

Mientras una presume cuerpo, ropa, peinado y calzado y una sonrisa con dientes blanqueados; la otra presume hijos sanos, estabilidad en el hogar, una familia sólida y una leve sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro.

Mientras una presume viajes con las amigas, la otra presume excursiones con los hijos. 

Mientras una pregona como educa a sus hijos, la otra se vanagloria de cómo coordina a su personal.

Ambas se sienten exitosas. Y no deberían de “sentirse”. A mi juicio, son exitosas.

Lo que no logro comprender es el motivo por el cual, una envidia el éxito de la otra. Si, envidia de tener lo que la otra tiene. Una el cargo publico, y la otra, la familia de la vecina.

Y lo más curioso es que no lo hacen en público. Esa envidia les camina por todo el cuerpo como hormigas hasta hacerlas gritar con un rictus desesperado en la soledad de ese bosque obscuro llamado “yo interno”.

Mi opinión es que la mujer puede lograr el éxito en el hogar, en la familia, en la oficina, en los negocios. En cualquier lugar la mujer es exitosa.

Ellas nacieron para triunfar. No importa los ambientes o los escenarios. Ellas lo logran. Ya sea sola o acompañada, en el hogar o en el trabajo. El éxito siempre las alcanza.

Y tal y como me sucedió con la plática de mi amiga, quizá en este escrito no encuentre la solución a la problemática.

Pero surge una interrogante…¿Por qué desear lo de la otra cuando se es exitosa? ¿Es acaso propio de la naturaleza humana? ¿Se puede perdonar el éxito?¿Una envidia a la otra?




Derechos Reservados para Luis Alberto Luna León

noviembre 17, 2009

Concurso Municipal de Oratoria

Hoy quiero ser el instrumento para difundir una noticia que me llena de gusto y mucha satisfacción.

Siempre he manifestado que soy partidario del uso de la palabra. Ya sea escrita o hablada. La oratoria es una de mis pasiones. Y como tal, me aferro a sus manos y me dejo llevar por ella.

Por eso, cuando me entero que organismos públicos encaminan sus esfuerzos a fomentarla, no puedo mas que agradecerlo y contribuir , aunque sea con un minúsculo grano de arena, a que se lleven a cabo.

Es por eso que hoy, aprovecho mi blog para promover, muy a mi manera, la Convocatoria al Concurso Municipal de Oratoria 2009, organizado por el Instituto Municipal de la Mujer.

Este concurso, tiene como temática un rubro que, en lo personal, procuro y respeto.

Y me refiero a la Igualdad de Género.

Para aquellos que desconozcan a lo que se refiere este tema, quiero comentarles que es muy simple.

Es hablar de la igualdad que ante una sociedad, y en cualquiera de sus roles, deben de tener las mujeres con respecto a los hombres. Mismas oportunidades y mismos derechos, pero tambien, mismas obligaciones.

Los jóvenes siempre nos quejamos de que el gobierno nunca abre espacios de participación a la propia juventud. A todos gritamos que el gobierno no nos toma en cuenta como jóvenes que somos.

Hoy tenemos uno. Frente a nosotros. Hagamos uso de el para demostrar ese gran potencial que caracteriza a la juventud en Chiapas.

Aún y cuando existe una bolsa económica para ser distribuido como premio para los tres primeros lugares, creo que el simple hecho de participar nos hace vivir experiencias que no podriamos comprarlas en la tiendita de la esquina.

Porque participar en un concurso de oratoria, nos hace sentir una adrenalina indescriptible. Nos hace sentirnos vivos. Saber que tendremos la oportunidad de decirle al mundo lo que sentimos y lo que pensamos.

De poder alzar la voz para hablar por los que no pueden hacerlo. De medir nuestra capacidad con nosotros mismos. De conocer hasta donde podemos llegar por el solo hecho de decidirnos a hacerlo.

Ojalá que muchos, pero sobre todo, muchas lectoras de mi blog puedan darse esa oportunidad.

Para incribirte en este concurso, puedes hacer en linea en la página http://www.tuxtla.gob.mx/ o si lo prefieres, accesa a ...

Quiero inscribirme en el Concurso Municipal de Oratoria 2009

O bien, acude a las oficinas del Instituto Municipal de la Mujer, ubicado en la 1a av. sur poniente número 339, en el 4to. piso. En la convocatoria se señala como fecha límite para inscribirte el 20 de noviembre; sin embargo, se amplió hasta el 24 de noviembre.

Para ver a detalle los temas del concurso, la manera en la que se desarrollará y los criterios que calificará el jurado, haz click aqui ...

Concurso Municipal de Oratoria 2009 Igualdad de Género

noviembre 03, 2009

La sinceridad

Siempre he sido de la idea de que no hay mejor manera de hacer trabajar a un hombre que manteniéndolo siempre bajo presión.

Lo viví como alumno y como hijo, lo apliqué como docente y hoy lo observo como ciudadano.

La presión hace que un hombre trabaje, que un hombre hable. A los políticos también se les aplica. Ejercer presión siempre hace que el grano estalle.

Y hay dos caminos por los cuales un hombre transita cuando siente la presión. O lo hace bajo mentiras o bien, lo hace bajo verdades.

Pero sorpresas que da la vida. Mientras que unos son admirados por ser siempre sinceros, otros son navajeados por la sociedad. Se les desecha, se les elimina, se les hace a un lado del grupo solo por ser sinceros y decir siempre la verdad.

La sinceridad, para muchos, es pecar. Amparado en ella podemos decir lo que nunca imaginamos.

Hay personas que caminan por la vida con esa sinceridad pesándole en la espalda. Cual vil pipila, van andando y con ello, se van hundiendo y quedando solos.

Un hombre aplaude la sinceridad del otro siempre y cuando esa sinceridad no sea aplicada en su contra. Que hablen de las verdades del otro pero no de las mías. Esa es la ley de toda sociedad en México.

Muchos se rasgarán las vestiduras negándolo. Pero nadie puede engañarse a sí mismo. La sinceridad nos arde cuando es dejada caer en nuestra propia humanidad.

Al gobierno de Felipe Calderón por años los empresarios le han exigido números reales en las cifras del desempleo, de la economía, de la devaluación, de la inflación.

En lo que lleva de su mandato, han sido los empresarios los que han levantado la voz diciendo que Calderón los engaña con el manejo de sus estadísticas. Le han pedido en infinidad de ocasiones que sea sincero y que no engañe al pueblo.

Quizá esa presión caló hondo en la humanidad del presidente de México. Talves lo motivó a armarse de valor y a darles la sinceridad que tanto piden.

En la inauguración del 41 Foro de la Industria Química, efectuado en la ciudad de México, Calderón se dio gusto dándole gusto a los empresarios, esos que tanto le pedían que hablara con la verdad.
Sin tomar agua para acicalar la voz, Calderón, parado, con las manos en la palestra, y frente a las cámaras de las televisoras más importantes de México y del mundo que cubren sus actividades, tragó saliva y pronunció quizá las palabras mas sinceras de todo su gobierno. Y me atrevo a decir que las únicas que han sido sinceras desde que era candidato.
Dijó: “…es inaceptable que las grandes corporaciones empresariales pidan al gobierno de México establecer impuestos a los alimentos y medicinas de la gente más pobre, mientras pagan solo el 1.7 por ciento de impuestos. Esto ya no puede ser…”
El Presidente dejó en claro que sabe de las artimañas que utilizan los empresarios para darle la vuelta al gobierno y no pagar impuestos. Porque fue muy certero al mencionar que “…está bien que tengan actividades filantrópicas, patrocinen eventos deportivos y regalen a los gobiernos equipamiento médico, pero deben contribuir con el gasto público…”
Y el mandatario mexicano sin duda se dio cuenta de que sus palabras tendrían un efecto negativo. Se quiso curar en salud manifestando: “…Y no estoy pidiendo sacrificios, no le estoy pidiendo a las empresas de México que paguen más de lo que paga un dentista o lo que paga un empleado: les estoy pidiendo que pongan su parte, que cumplan con la ley...”
Uff. La sinceridad borboteando de los labios.
Sin duda somos los ciudadanos los que más aplaudimos esta sinceridad. Y lo aplaudimos porque esto es algo que sabemos todos. Los privilegiados en ese paraíso fiscal son los señores del costal (de dinero).
Sin embargo, hay algunas interrogantes que salieron disparadas de ese foro en el momento mismo de bajarse de la palestra.
Y es que yo no se que opinen los empresarios.
Pero, aquí en confidencial, me gustaría conocer cual es la opinión de tres grupos específicos de empresarios de México.
¿Qué opinaran los dueños de Cemex, América Móvil, Kimberly Clark, FEMSA, Bimbo, Wal Mart, Televisa, BBV Bancomer, Banamex, HSBC, Banorte, Santander, Inbursa y los grupos Carso, México, Posadas, Maseca y Saba?
¿Qué opinaran los empresarios que respaldaron, apoyaron y quizá hasta le aportaron dinero a aquel Felipe Calderón Hinojosa, entonces candidato a la presidencia de la República?
¿Qué opinaran los empresarios que dan vida y destino al Partido Acción Nacional, ombligo político de Felipe Calderón?
Conocer esas respuestas será una verdadera odisea. Saber que piensan será como una completa excursión a escenarios naturales maravillosos e interesantes.
Por lo pronto, Ricardo Salinas Pliego ya se pronunció.

El hombre que maneja una de las Fundaciones que más apoyos ha llevado a los mexicanos ya levantó la mano y dijo que las empresas si pagan impuestos, mencionando que es el gobierno el del problema, al aplicar mal sus recursos, emanados de una mala planeación del gasto publico.

Salinas Pliego, considerado el cuarto hombre más rico de México con una fortuna de 6.3 miles de millones de dólares según el último ranking de Forbes, criticó los aumentos impositivos y la subida de precios.

En fin. La sinceridad pedida a Calderón, no fue nada grata para los empresarios.

Pero para los ciudadanos de a pie, los que día a día se levantan para ir a trabajar y que dependen de un sueldo quincenal, esa sinceridad fue aplaudida a rabiar.

“Ya era hora” fue el comentario que en la sociedad se generó al escuchar al Presidente hablarles así a los empresarios.

Pero creo que las cosas se van a tornar de un color diferente. Las represalias están a la vuelta de la esquina.

Y tan lo sabe el gobierno, que el Secretario de Hacienda Agustín Carstens ya salió al quite de la declaración de su jefe, manifestando que “…el gobierno de México no busca lastimar las finanzas de las empresas…”

Por lo pronto, nosotros como ciudadanos estaremos atentos al actuar del Presidente.

Veremos si Calderón sigue por el mismo camino, exigiéndole a los empresarios para llevar el beneficio de la ciudadanía; o bien, redirecciona su andar y se va por el camino de los empresarios, con los pasos mas medidos, cual bebé hacia los brazos de papá.

septiembre 15, 2009

El enemigo con rostro de mujer

El género femenino acaba de estar de luto.

En la ciudad de México falleció Margarita García, regiomontana a quien, junto con otras mujeres intelectuales de la época, se le debe el que la mujer hoy día pueda tener voz, voto y rostro propio en nuestro país, al presentarle un proyecto al entonces candidato presidencial Adolfo Ruíz Cortines.

Dicho documento contenía diversas modificaciones a la Constitución Política, que buscaban el reconocimiento a la mujer. A votar y ser votadas. Existieron muchas voces en contra de esa propuesta hasta que finalmente, en 1953, lo logró.

Y es que hablar de la participación de la mujer en el mundo, es referirnos a años de luchas para buscar un reconocimiento en una sociedad que se negaba a cederle y concederle un espacio entre los hombres.

Pero ellas lo han logrado. Deportistas, intelectuales, periodistas, escritoras, científicas, empresarias, obreras, ministras, promotoras de causas sociales, artistas plásticas y creativas, dentro de muchas disciplinas más, son la muestra palpable que han sabido aprovechar cada espacio ganado, cada peldaño escalado.

A diferencia del pasado, hoy ya no están dispuestas a dejarse subajar por nada ni por nadie. El caso reciente de Caster Semenya, la campeona mundial de los 800 metros, es un claro ejemplo de ello y es, quizá, el motivo perfecto para abrir el mayor debate en el mundo en relación al género femenino.

Sucede que la atleta de 18 años -que arrasó en la final del Mundial de Berlín- esta metida en el ojo del huracán por ser mujer y haber ganado. Y es que de acuerdo a pruebas practicadas, estas dejan ver que presenta órganos reproductores de ambos sexos y es, por tanto, hermafrodita.

La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) ha dejado entrever que de ser cierto esto, es probable que le sea quitado el título a Semenya. Por su parte, la atleta manifiesta que ella es mujer y que esos son artilugios para quitarle su medalla por representar a un país de poca relevancia en el mundo.

Por ello, el gobierno de Suráfrica ya advierte sobre una "tercera guerra mundial". Si, así como se lee. Ese país esta dispuesto a todo si la Federación Internacional decide excluir a Semenya de las competiciones femeninas y declararla en un 'limbo deportivo', es decir, ni mujer ni hombre.

Por su parte, la juventud también ha aprovechado los escenarios para dar a conocer su punto de vista sobre la lucha del género femenino. Carolina Lili Juárez Méndez, veracruzana estudiante de la carrera de derecho, ha publicado en diversos medios de comunicación, la urgente necesidad de hacer valer esa igualdad de género que tanto han buscado las mujeres a lo largo de la historia.

En un documento denominado Universitarios por la Equidad, Juárez Méndez hace énfasis en que la lucha no es contra el hombre, sino más bien, es en contra de una cultura arraigada en toda la sociedad.

Pero la pregunta es: ¿Por qué citar estos tres puntos? ¿Por qué abordar la muerte de la mujer impulsora del voto en México, el caso de la mujer deportista Semenya y el ensayo de Carolina Juárez, abogada en ciernes?

Simple, porque ellas vienen a representar lo que la mujer esta haciendo por seguir avanzando en la consolidación de su reconocimiento como género, como mujer.

Yo comparto esa lucha. Soy un eterno admirador del intelecto femenino. Sé de los grandes sacrificios que hacen por salir adelante.

Sin embargo, he podido observar que la mujer tiene en si misma a su principal enemigo. Y así lo dejé de manifiesto cuando publiqué en marzo de este año, una columna que lleva por título “Mujer contra mujer. La lucha no termina”.

En dicho material, hice referencia a que la mujer tiene en su género a su propio verdugo.

En ese entonces, muchos lectores entraron a mi blog para hacerme saber su inconformidad hacia lo que yo escribí. Otros, en cambio, me manifestaron estar de acuerdo en ello. El tiempo ha pasado desde esa publicación y, los hechos recientes también me han dado su postura ante el atrevimiento que yo tuve al escribir eso.

Y es que en días pasados, se presentaron acontecimientos en el Congreso de la Unión que han dejado entrever que para algunas mujeres, el avance de su género les importa un comino y de nada ha servido.

En la Cámara de Diputados, con tan solo 120 horas de haber rendido protesta, ocho mujeres de cuatro partidos políticos presentaron su solicitud de licencia. Renunciaban.

El caso hubiera sido irrelevante, si no se hubiera hecho publico que estas solicitudes presentadas, son el resultado de “componendas” acuerdos” amarres” que ellas mismas hicieron previo a las elecciones para permitir la llegada de sus suplentes, la mayoría del sexo masculino.

Cuando uno observa estas acciones, cuando uno se entera de esas artimañas confabuladas “en lo obscurito” por las propias mujeres, surgen diversas interrogantes…

¿Y la lucha de la mujer? ¿y el avance? ¿Sabrán estas diputadas que fue una mujer la que luchó por el espacio que hoy ellas patean como si fuera una bacinica?¿No acaso es la mujer la que le gritaba al mundo que eran los hombres los que la usaban como muebles?

Que lamentable que sean las propias mujeres las que le griten al mundo que en efecto, que los hombres las usan, pero con su consentimiento. Lo dicho. La mujer contra su propia esencia.
¿Y quienes son estas diputadas federales que solicitaron licencia?

Olga Luz Espinoza, Anel Nava Pérez, Yulma Rocha, Ana María Rojas Ruiz, Carolina García Cañón, María Ivette Ezeta Salcedo, Katia Garza Romo, Laura Elena Ledesma Romo. Lamentablemente para el que esto escribe, dos de ellas son chiapanecas.

Al interior del propio congreso ya también se dejaron escuchar voces. Diputadas del PAN y PRD, levantaron la mano en contra de lo que consideran un abuso de los partidos hacia las mujeres políticas, porque la verdadera intención es que ésta le deje un lugar a un varón que no ganó en urnas.

Pero se olvidan que no fue un abuso. Las mujeres estaban de acuerdo en ello. Existe consentimiento por parte de ellas.

Sin embargo, lo que para muchas mujeres es una vergüenza, para otras es una hazaña, digna de aplaudir y de vanagloriar.

Y es que la diputada María Hilaria Domínguez, defendió a las mujeres que presentaron estas solicitudes y criticó a las que pretendan cuestionar las decisiones individuales para dejarle la curul a un hombre y con ello alterar los porcentajes de género que se han logrado en los últimos años.

No sé cual sea la postura de la opinión pública. No se cual sea el pensar de la mujer que día a día, lucha por salir adelante con la responsabilidad de los hijos y de la oficina. No sé cual sea la postura de la mujer que hoy me lee.

Pero lo que si sé, es que dentro de la población de mujeres, existen grupos que no quieren reconocer lo que ellas mismas han logrado.

Yo, por lo pronto, comparto con las lectoras esa esperanza que la estudiante de Derecho Juárez Méndez señala en su ensayo: ”debemos luchar contra una ideología que cada uno de nosotros debemos analizar y en su caso cambiar”.

Pero esta esperanza ¿la compartirán todas las mujeres en México?

agosto 18, 2009

Del aula a la oficina




Tengo la oportunidad de impartir cátedra a nivel universitario. En las aulas he aprendido mucho. Con cada alumno y con cada generación.

También me he dado cuenta de las diversas experiencias de vida por las que atraviesan los jóvenes. Algunas de ellas inventadas para justificar la mala calificación; pero otras, tan reales que los han obligado a desertar de la escuela.

Son tres los motivos por los cuales un alumno decide salir de la universidad. Por un lado, la búsqueda de un trabajo por la falta de dinero; por otro lado la enfermedad y, por último, la falta de actitud. Y ojo: ni siquiera es incapacidad. Es actitud.

De los que se salen no puedo emitir un juicio. Ya no son mis alumnos y no puedo analizar lo que no veo. Pero hablemos de los que se quedan en la escuela.

En mi caso particular, he visto como aquellos grupos que inician con muchos estudiantes, terminan egresando solo 7 u 8 en cada aula.

Lo curioso del caso, es que de esos egresados, solo uno o dos tienen un futuro asegurado, es decir, son esos los que poseen las herramientas necesarias para los retos que les depara el mercado laboral. El resto llegó por capricho del destino. Y así le están apostando a triunfar en la vida, al destino.

Hace apenas unos días, leía un libro del Doctor Andrés Roemer, quien fue premiado con la presea “Don K. Price Award” por distinción académica en la Escuela John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.

En su texto, Roemer hace énfasis sobre la mala influencia que sobre los alumnos desarrolla la educación tradicional que en muchas escuelas todavía se sigue impartiendo.

“Copien del pizarrón” “guarden silencio”, “repitan después de mi”, “memoricen”, “dictado”, “sigan las indicaciones”. Son solo algunas de las frases que muchos maestros llevan a cabo con sus alumnos.

Yo soy de la firme idea que, a diferencia del paradigma de la educación “tradicional”, el éxito del aprendizaje no depende de memorizar, ni de repetir; sino de aprender a cuestionar, a analizar, a inquirir, a imaginar, a crear.

De generar en el alumno una mentalidad reflexiva. Que no se aprendan a pie juntillas el significado de un concepto, sino que más bien, comprendan lo que encierra cada tema que están recibiendo en clase.

Lo que se logra con ello, es que el alumno haga “suya” una definición o “suya” su hipótesis sobre tema en especifico. Cuando esto sucede, el está en la posibilidad de defenderla ante cualquier argumento que se le plantee.

Y esto señores, es el ideal que todo catedrático debe de inculcar en cada uno de sus alumnos. Y hablo de la Actitud. Una actitud fundamentada y respaldada. Una actitud emprendedora. Impetuosa, con mucha iniciativa. No temerosa de lo que sabe porque lo ha debatido en el aula y ha aprendido de sus propios errores. Por ello coincido con el Doctor Roemer.

Pero el ideal dista mucho de la realidad. 

Hoy los jóvenes están tan acostumbrados a que todo sea fácil en la vida. Calificación, tareas, investigaciones, exámenes, clases.

Y no se dan cuenta que el ser humano se acostumbra a lo que vive a diario. SI hoy ceno abundante, y mañana también ceno abundante y pasado igual, al cuarto día, aunque no se tenga hambre, se querrá cenar abundante. Así es la costumbre. Tan fuerte que hasta la mediocridad se hace hábito.

Todo esto sale a colación, porque en estudios realizados por Olga Bustos Romero, de la Facultad de Psicología de la UNAM., se señala que es durante estos años, en donde se sumarán al menos 813 mil 169 jóvenes egresados de licenciaturas como Medicina, Odontología, Derecho, Contaduría, Administración, Arquitectura, Ingeniería Civil y Comunicación que se quedarán sin empleo. Si, así de simple.

Sin empleo.

¿Cuál o cuáles son los motivos? En principio, falta de espacios laborales.

Pero en segundo plano, lo que el alumno aun no logra comprender: falta de actualización y falta de preparación en el nuevo profesionista. Ambas originadas por una actitud pasiva. Y no hablo de jóvenes dispráxicos. Hablo de jóvenes sin ganas de superarse.

Aún no “se permiten aceptar” como parte de su realidad, que hoy las empresas en México no quieren contratar a jóvenes que no tienen cursos, talleres o seminarios de actualización profesional en su currículum vitae. 

No se permiten aceptar que las empresas quieren contratar a jóvenes que tengan experiencia laboral. Que nadie quiere “pagar un sueldo para enseñarles a trabajar”.

Si, ya sé. Es esta parte en donde el alumno grita el argumento de siempre. “ Y como quieren que tengamos experiencia si no nos dan la oportunidad de entrar a trabajar”.

La respuesta es sencilla. El alumno busca empleo cuando está a punto de terminar su carrera. Y no lo hace por decisión propia. Lo hace “motivado” por la necesidad del dinero para poder egresar. Pagos por la titulación, pagos para el examen profesional, pagos por la encuadernación de la tesis, entre otras cosas, son los causantes de esa búsqueda laboral.

Y cuando busca trabajo, el alumno espera ser contratado en un cargo directivo por el solo hecho de ser ya un profesionista. Gran error.

No se da cuenta que el alumno debe de entrar a trabajar desde que inicia su carrera. No importa el área, no importa el nivel.

Lo que las empresas quieren es saber si tienen como parte de su personalidad a la estabilidad laboral. Si se han enfrentado a la normatividad de una empresa. Si saben de cumplir horarios. Si han pertenecido a equipos de trabajo y saben laborar como tal.

Pues bien, creo que como catedráticos y como alumnos tenemos mucho por hacer. Hay que cambiar la brújula formativa. Debemos de tener siempre presente que lo que en las escuelas de todo México se imparte es solo INFORMACIÓN, más no CONOCIMIENTO.

Ese hay que construirlo a partir de una nueva actitud en el alumno. Pero para que ello se logre, el docente tendrá que cambiar. Atrás deben de quedar los catedráticos que, para consumir tiempo frente al aula, se dedican a escribir en el pizarrón apostando al toque de campana.

Atrás deben de quedar los catedráticos que dan a los alumnos la tarea de “formar equipos” y pasar a exponer temas que los maestros deberían de hacer. Así cualquiera da clases.

Atrás deben de quedar aquellos catedráticos que proporcionan fotocopias a los alumnos para luego cuestionarlos sobre ellas y basar sus exámenes en dichas hojas.

Desde esta sencilla trinchera solo puedo invitar a la reflexión interna de aquel que me hace favor de leer.

Debemos de promover la cultura crítica, partiendo de bases sólidas como lo es, la generación de una nueva ACTITUD, tanto en el alumno como en el catedrático; para que el puente “aula-oficina” sea más amplio de lo que ahora es. Ya es justo que esto pase. ¿No lo cree usted?




agosto 05, 2009

Escuelas en México.

Las paredes de la impunidad

Lo recuerdo perfectamente. Fue el día en el que me cambió la vida. Aunque era una mañana soleada, había un aire fresco que me golpeaba en el rostro. Estaba yo esperando en la calle. Nos dirigíamos a la escuela. Yo pasaría a dejar a mi hija y de ahí me iría al trabajo. Era un día normal. Adentro de la casa, se encontraban mi hija de 8 años y mi esposa.

Era una escena de esas en donde mi hija pretextaba sus ya usados dolores de cabeza para no ir a la escuela. Afuera, yo solo sonreía y pensaba en lo inteligente que ella era para buscar pretextos y no asistir a clases. Se escuchaban los regaños de mi esposa y la necedad de mi nena.

De pronto, se hizo un silencio. Un silencio que duró un poco más de 5 minutos. Y de la nada, mi esposa se asomó por la puerta con un gesto que jamás le había conocido. Me asusté. Caminé a su encuentro. Mi hija estaba encerrada en su cuarto. Desde la sala la escuchaba llorar. Mi esposa, con lágrimas en los ojos me pidió que entrara a la habitación. Entré. Vi a mi hija recostada en la cama, con la blusa del uniforme puesta pero con su falda y sus pantaletas en los tobillos.

Sin comprender lo que pasaba, la tomé de los hombros y miré el rostro de mi hija. El horror y el miedo estaban en su carita. Llorando, me dijo que ella no quería hacerlo, que gritó pero que nadie la escuchó, que la obligaron.

-Papito, perdóname por favor!

En automático, dirigí mi mirada hacia su vagina. Noté que había sangrado, la mancha marrón impregnada alrededor de su vulva así me lo decía. Millones de hormigas empezaron a caminar por todo mi cuerpo.

-¿Qué demonios pasó? Le pregunté a mi esposa.

La respuesta fue una sola, pero yo sentí como si mil cosas hubieran explotado dentro de mí. “Su maestro la violó ayer en el salón de clases”.

No lo podía creer. ¿Mi niña de 8 años violada?

Sin pensar mas, tomé mi machete, me fui a la escuela. Busqué al maestro de mi hija. Yo lo conocía perfectamente bien. Cuando lo encontré, sin mediar palabra alguna, le di los machetazos que pude. No lo maté, pero hoy estoy preso por intento de homicidio. Eso no me importa. Yo algún día saldré de aquí, pero mi hija, jamás podrá salir del trauma que la violación le generó. ¿El maestro? Solo lo cambiaron de escuela.

Para muchos, esto pareciera que es un remedo de novela barata de esas que inundan las librerías de nuestro país. Sin embargo, esto es la realidad que día con día viven los niños en las escuelas de México.

Las cifras de la Secretaría de Educación Pública, confirman el preocupante aumento de casos de abuso sexual contra niños y jóvenes por parte de maestros, trabajadores administrativos o intendentes en las escuelas. Y lo más curioso del caso, es que no solo en las escuelas públicas se presentas estos desmanes, sino que ya se extendió, como el peor de los cánceres, a las escuelas privadas.

El periódico Reforma publicó cifras alarmantes, en donde cita que en los últimos seis años, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha investigado alrededor de 204 casos relacionados con abuso sexual a niños de preescolar, primarias y secundarias públicas y privadas en el DF. Del total de esas investigaciones, 173 fueron contra maestros, 2 contra directores, y el resto implica a otro tipo de personal de las escuelas.

Ya sean pedófilos o bien pederastas, ambos andan deambulando con un gafete y una matrícula que les da autoridad ante un alumno. Son maestros.

Lo más lamentable de todo esto es que el sistema de justicia en México se resiste a ver esta preocupante realidad.

Sin embargo, los ojos del mundo ya levantaron la voz. Un artículo del New York Times firmado por James C. McKinley Jr., puso el dedo en la llaga al denunciar que es México un lugar ideal para la evasión de la justicia contra los pederastas, ya sean sacerdotes o cualquier ciudadano, todos ellos pueden evitar un proceso legal en Estados Unidos escondiéndose en México donde jueces y fiscales son renuentes a desafiar el perdurable poder político de la Iglesia católica y los grandes gremios sindicales.

Pero volvamos a México. Aquí hay muchas cosas que no cuadran. Por un lado, están las cifras que son presentadas de manera oficial y que provienen de la Secretaria de Educación Pública. Cifras que representan delitos.

Y por otro lado, esta la incongruencia, porque ¿de que sirve ofrecer al pueblo de México estas cifras? ¿No sería más oportuno informar qué es lo que esta haciendo la propia Secretaría con sus maestros y administrativos que abusan sexualmente de niños en México?

No sé cual sea la postura oficial de la propia Secretaría, pero de acuerdo a la Red por los Derechos de la Infancia, la respuesta es simple: No están haciendo absolutamente nada.

Dicho del propio Gerardo Sauri, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia, nuestro país no cuenta con un mecanismo de denuncia penal que acompañe a los padres de familia y a los niños.

Esto, con el ánimo de evitar que después del abuso sexual o la violación sólo se realicen procedimientos administrativos o negociaciones políticas con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que concluyen en la reubicación de los agresores.

Es decir, hoy día lo que se hace en México es la reubicación del maestro agresor a otra escuela. Así como lo lee. Y todo, por la fuerza gremial que ejerce el Sindicato de Maestros.

Uno de los aspectos que motiva esto, es porque la gran mayoría de los casos no son denunciados penalmente ante las instancias correspondientes, para evitar el desprestigio social en el que puede caer la o el menor, por lo que solo es ventilado al interior de esas paredes de la impunidad que representa la escuela.

Pero mientras la Secretaría de Educación Pública y el propio Sindicato de Trabajadores al Servicio de la Educación abren los ojos, nosotros como sociedad debemos de tomar cartas en el asunto.

Como padres de familia, como tía o tío de un menor, como padrino o madrina de niños que están en constante convivencia con nosotros, debemos de estar muy atentos a lo que ellos nos expresan, escuchar lo que no nos dicen, eso que en sus juegos ellos dejan ver pero que a veces, por el tedio o la presión del trabajo, no observamos.

En lo que concierne a la Secretaría de Educación Pública y al Sindicato de Trabajadores al Servicio de la Educación, hay medidas que se podrían adoptar.

Ojalá que en el Órgano de Evaluación Independiente con Carácter Federalista (OEIF) -mismo que acaba de ser presentado por el Presidente de México Felipe Calderón- se puedan aplicar medidas que permitan evaluar, de manera sicológica, a los maestros que habrán de ocupar las nuevas plazas de docentes en todo el país; incluyendo para ello dentro de sus examinadores a profesores universitarios, especialistas de evaluación y representantes de la sociedad civil.

Y no quiero satanizar a los maestros en México. Sé que son los menos los que cometen estos actos que solo los animales hacen.

Tengo un amplio reconocimiento y respeto para aquellos docentes que ejercen su labor con la más alta dignidad, entrega y decoro.

Y dentro de los maestros contemporáneos y del pasado, no puedo evitar recordar a Justo Sierra Méndez, aquel campechano que siendo diputado pronunciara una frase célebre que, posteriormente, Luis Donaldo Colosio Murrieta hiciera suya en aquel discurso que representó el rompimiento con el gobierno de Carlos Salinas “México es un pueblo con hambre y sed. El hambre y la sed que tiene, no es de pan; México tiene hambre y sed de justicia”.

Y en efecto, México esta necesitado de una justicia que se traduzca en penalidades más severas para aquellos que atenten contra un menor.

Pero mas aún, creo que debemos de acabar con la corrupción y la impunidad que gobiernan las leyes en México, para evitar que un menor que fue abusado sexualmente, tenga el derecho a no volver a ser victima pero ahora, del sistema penal.

junio 16, 2009

Quebrar el voto o voto en blanco.














Derechos Reservados para Luis Alberto Luna León



La comodidad del actuar.



El mundo de la democracia está conmocionado.

Irán esta viviendo una crisis democrática que ya ha arrojado saldos negativos. Son 7 los muertos que han presentado las diferentes manifestaciones de su pueblo. Hombres y mujeres que han defendido hasta con su vida su voto.

Todo parece indicar que hubieron anomalías en las elecciones presidenciales y ya el Consejo de Guardianes de ese país islámico informó que está listo para realizar el recuento de los votos disputados.

El candidato reformista Mir Hossein Mousavi -cuyos seguidores se manifiestan en las calles de Teherán- ha puesto en cuestión la reelección del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, alegando que hubo fraude. Muchas boletas electorales han sido quemadas y otras, han sido rotas, destruidas.

Todo esto esta pasando en búsqueda de que la decisión de una mayoría sea respetada. Los excesos se hacen de manifiesto. Estoy en contra de la violencia. Pero son un claro ejemplo de lo que para muchos países significa el votar.

En México, estamos a escasos 15 días de las elecciones en todo el país. Y curiosamente, ha estado circulando en el internet y en las redes sociales, invitaciones a unirse a grupos de los diversos candidatos de los institutos políticos.

Sin embargo, hay dos aspectos que a mucha gente ha llamado poderosamente su atención. El Voto en blanco y “quebrar” el voto.

A través de correos electrónicos y de redes sociales, mexicanos están invitando a otros mexicanos a dejar el voto en blanco o bien, a “quebrar” el voto, es decir, a romper la boleta electoral en el momento de depositarla en la urna.

Y esa invitación que realizan, la respaldan con diferentes posturas ciudadanas, como el hecho de estar... “hasta el carajo (sic) de ver que elección tras elección tus representantes solamente se enriquecen o bien, que no hacen nada; si piensa el mexicano que los partidos políticos solo buscan su beneficio personal, o si creen que el Instituto Federal Electoral no hace bien su trabajo".
Cualquiera de estas mentalidades representa el motivo necesario y suficiente para “quebrar” el voto o depositarlo en blanco.

En principio, no comparto esta postura de votar en blanco o bien, de “quebrar” el voto (que en términos apropiados debería de denominarse “romper”).

Y no la comparto porque para mí, es el camino más cómodo de hacer las cosas. Es caminar por el sendero de lo fácil, de lo que no requiere compromiso ideológico, moral, social, político y humano.

Es no hacer nada, buscando con ello, lograr hacer algo.

De acuerdo con diversas fuentes normativas a las cuales tuve oportunidad, estas invitaciones dejan ver un claro y alto desconocimiento en materia electoral, toda vez que un voto en blanco o bien, la boleta rota en la urna, de conformidad con el articulo 289 del código de elecciones y participación ciudadana del Estado de Chiapas, debe estimarse nulo o inválido, pues la boleta depositada no se encuentra marcada conforme lo establece el diverso numeral 280 de la legislación en cita. Algo igual señala la norma federal.

Por tanto, lo que sucederá el día de las elecciones para todos es muy claro.

Serán contabilizados por los escrutadores solo aquellos votos que reúnan las características enmarcadas en el COFIPE o bien, en los diferentes Códigos de elecciones y participación ciudadana en las diversas entidades del país. Los “quebrados” o “en blanco” serán desechados del conteo.

La pregunta es…¿Quién sale perdiendo? ¿Los políticos? No. ¿Los candidatos? No. ¿El I.F.E.? No. Ninguno de ellos. La autoridad expedirá constancias de mayoría y declarara ganadores a los diversos candidatos que así señalen los conteos. ¿Se logro el objetivo que perseguían estas invitaciones? No. En lo absoluto.

El único perdedor es el pueblo. Si, la sociedad. Porque desaprovecho su voto. Así de simple y de sencillo.

Por ello, creo que estas invitaciones a hacer las cosas cómodamente no es lo más conveniente en la lucha por la democracia.

La historia lo ha demostrado una y otra vez. La abstención no es la solución. Ni lo será el voto en blanco ni “quebrar” los votos.

Creo que si escogemos el camino más sinuoso y responsable, si lograremos cambiar al sistema político mexicano. Y no necesitamos de los partidos ni de los políticos. Lo podemos hacer los ciudadanos.

¿Cómo? Sencillo. Analizando las propuestas políticas de cada candidato. Conociendo la trayectoria de ellos. No dejándonos engañar por los partidos a quienes ya les dimos el voto y nos han defraudado. Exigiendo participación a los políticos cuando están asumiendo una responsabilidad gubernamental. Levantando la voz cuando están incumpliendo con sus funciones.

Pero hay que tomar en cuenta algo mucho más importante en relación al voto en blanco o “quebrar los votos”. Y hablo del costo del voto.

De acuerdo con el informe de los egresos realizados por los partidos políticos y coaliciones durante el proceso electoral 2005-2006 fiscalizados por el Instituto Federal Electoral (IFE), se erogaron un total de mil 978 millones 821 mil 643 pesos en promover a los cinco candidatos presidenciales.

Por ello, lo gastado en campaña reflejó un costo del voto de aproximadamente ochenta pesos por ciudadano. Aunado a lo anterior, y digno de ser tomado en cuenta, es que cada papeleta, cada boleta electoral tiene un costo de cincuenta centavos.

Y es aquí en donde surgen mis dudas…

Como “quebrar” el voto... ¿lo que nos están proponiendo algunas voces de la sociedad en México es que en las elecciones del próximo mes de julio nosotros “quebremos” una moneda de cincuenta centavos, destruyéndola y la depositemos en la urna?

Como voto en blanco... ¿debemos de entender como el hecho de que nuestros impuestos nosotros mismos, los mexicanos, los tiremos a la basura al dejar inválida la boleta electoral?

Porque para nadie es un secreto o mito que cada boleta electoral, cada campaña política son llevadas a cabo el dinero recaudado a través de nuestros impuestos.

No, creo que responder a esas invitaciones no es la solución. O al menos no es la mas responsable.
Considero que hay mucho por hacer. Organizarnos, si, hay que hacerlo. Es urgente.
Pero organizarnos para no hacer nada no creo que sea lo más conveniente.

Esas voces se olvidan que hoy en día necesitamos liderazgos sociales, surgidos precisamente del hartazgo que nos causa la política mexicana. Por ello, hay que reaccionar. Madurar bien nuestro voto para saber a quien se lo depositamos.

Y aclaro. Lo aquí vertido es solo una mera opinión.

Y lo hago haciendo manifiesto mi pleno respeto a quienes opinan lo contrario.

mayo 27, 2009

¿Que es eso?

Hoy por la mañana recibí un correo.
La verdad, una mañana pesada y con poco tiempo para andar abriendo archivos.

Sin embargo, cuando lei el nombre de lo que venia adjunto al correo me llamo poderosamente la atencion.

¿Que es eso? Así se titulaba.

Abrí el archivo y empezaron a correr las imagenes del video.

Uff...

Tres personajes y ...muchos mensajes ocultos.

Decidí subir el video y compartir con ustedes su mensaje.

Quiza a muchos les resulte banal, pero a otros, quizá sea algo que les llega en el momento preciso.

Aqui el video...

abril 14, 2009

Juventud, empresa y humanismo.

El choque de trenes.

Hace poco se dio cita la Cumbre del G-20 en Londres. Los líderes del mundo sentados en una misma mesa, bajo un mismo objetivo. Procurar el desarrollo social.

En dicho evento, la voz de los jóvenes mexicanos se hizo presente. Una estudiante del Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM) fue elegida por el British Council para representar a México en esa reunión.
Ahí, junto con otros 20 jóvenes procedentes de los países que integran el G-20 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia, Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, Cuba, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía y Rusia) se plantearon propuestas para amilanar la crisis mundial en materia económica y financiera.

Fue crudo escuchar a la mexicana Leticia Oceguera Ochoa. Porque lo que planteó la alumna del bachillerato del Tecnológico de Monterrey, lejos de ser una propuesta a la estructura empresarial mas bien se encaminó a ser una propuesta a la moral empresarial.

Leticia, con la inquietud y la pasión con la que hacemos las cosas los jóvenes, planteó su tesis iniciando con lo que era necesario: desnudar la realidad mexicana.

No dudó en decir que ha sido testigo como los hombres de negocios despiden a la gente y cómo las familias se desintegran debido a su situación financiera. Porque cuando en un hogar el dinero sale por la puerta, el amor se escapa por la ventana. Y nosotros no somos la excepción.

No le tembló la voz para mencionar que es muy difícil para los jóvenes profesionistas y para la clase obrera perder empleos en los cuales han estado trabajando casi toda su vida.

Y Leticia no hablaba por pura estadística. Casualmente su padre, fue alcanzado por la crisis y perdió su empleo en una empresa dedicada a la venta de textiles para la industria papelera dos semanas antes de la Cumbre. Leticia conoce el sufrir de un padre al quedarse sin empleo. Perder la vida en él cuando se tiene la responsabilidad de llevar el sustento a casa.

Pero ahí estaba ella. Erguida. Parada frente a los líderes más importantes del mundo y quitando, uno a uno, los maquillajes que el gobierno le ha puesto a la economía en México.

Porque no se quedó solo con esos puntos. No, ella fue más allá.

Leticia Oceguera también dejo al descubierto los prejuicios con los que la sociedad mexicana se divierte alimentando.

Precisó que ella ha aprendido a luchar a través de su vida. Señaló que desde que tenía seis años tomó conciencia, por ejemplo, de lo que significaba la palabra discriminación. Algunos de sus compañeros durante sus años de educación primaria la maltrataban por proceder de un kínder público.

Y no importan sus altas calificaciones. No importa ser una alumna destacada. No importan sus actividades pro-ecología. No importa su activismo en servicio social, activismo comunitario y trabajo voluntario. Ella no era bien aceptada en su círculo social por un solo hecho: provenir de escuelas públicas.

Muchos criticaron a Leticia por haber dicho eso en una Cumbre Mundial. La señalaron y la cuestionaron. Le reclamaron porque, a través de su dicho, había dejado mal parado al gobierno mexicano y al sector empresarial.

Pero los menos, le reconocemos el valor. Porque apuntar el dedo hacia esas piedras que impiden que México crezca es de aplaudírsele, sobre todo, tratándose del lugar en el que estaba.

Y es que la joven de tan solo 17 años de edad no esta diciendo mentiras. En México el humanismo se ha perdido. Y casualmente es ese humanismo el que le da vida y sentido a los gobiernos en el mundo.

Cometeríamos un error al cerrar los ojos y dejar a un lado el hecho de que hoy las empresas en nuestro país están buscando y haciendo hasta lo imposible por lastimar, sangrar y cercenar los derechos laborales de los mexicanos.

Muchas son las compañías que están buscando sistemas que les permita no darle al trabajador sus prestaciones laborales.

Y ya algunos personajes de la política lo han señalado públicamente. Por citar una voz de ejemplo, la del Senador perredista Carlos Navarrete. Se ha pronunciado por ir al fondo e investigar a las empresas que evaden el pago de impuestos bajo la figura de Sociedades Cooperativas.

De hecho, la Cámara de Diputados en México analiza la posibilidad de establecer sanciones penales a todos los que ayuden a las empresas a defraudar al fisco.

Se está considerando conveniente contar con un ordenamiento legal de tipo penal que inhiba la participación de quienes con la calidad de contadores, abogados, agentes aduanales o cualquier otra profesión técnica o auxiliar de éstas, concerten, induzcan, ayuden o auxilien a los contribuyentes a la realización de los delitos de contrabando o defraudación fiscal.

Y es que las sociedades cooperativas atentan contra ese humanismo que tanto se busca rescatar para la clase obrera, ya que a través de ellas se evade el pago de impuestos y los derechos laborales quedan en el olvido.

Hoy la juventud, las empresas y el humanismo en México están caminando cada uno por su lado.

Es triste ver que para las empresas el humanismo no importa. Y no se les culpa, toda vez que es un concepto que no reporta dividendos. Los jóvenes ya se dieron cuenta de ello y por eso su temor para accesar a espacios laborales.

Lo curioso del caso es que hay un reto para el gobierno mexicano, y ese es el recuperar la confianza de la gente común, para evitar que en cumbres tan importantes como la del G-20, se den los choques de trenes, tan catastróficos para la imagen de México ante el mundo.

Creo que hay que modificar los esquemas para que se fomente una economía humanista que proteja a los trabajadores y que logre proyectar un crecimiento social.

Pero no solo el crecimiento de esa “clase social” que lo tiene todo. Sino más bien, de aquellos sectores de la población que todos los días sale con la plegaria en la boca, ya sea para encontrar empleo o bien, para no perderlo.

Por eso se hace necesario inyectar confianza en todos los pueblos del mundo. Confianza y esperanza, así como aquella que le inculcó a Leticia su padre cuando le anunció que había perdido su empleo.

marzo 20, 2009

Política. Cuando los jóvenes crecen







Hace apenas unos días, estuve sentado en la oficina de un personaje de la política chiapaneca. No lo conocía, pero sabía de quien se trataba. Sin embargo, quiero confesar que el concepto que tenia de él, se quedó corto cuando lo escuché hablar.

Era una reunión acordada pero improvisada. Ni uno ni otro sabía de lo que hablaríamos, pero si teníamos un punto en común: el gusto de servir al pueblo a través de la política. El, como su oficio cotidiano. Yo, con la visión de que para eso sirve la política.

De viva voz me fue nutriendo con su trayectoria. En dos horas, aprendí de ese líder más de lo que hubiera aprendido en un buen libro de política como lo es El Caballo Rojo de Eugenio Corti.

Con su conversación, pude confirmar que la experiencia no es algo que se compra en la tiendita de la esquina. Es algo que vas adquiriendo con los golpes de la vida. Lo tienes que sufrir. Lo tienes que vivir. Y él la poseía.

Y ahí, en esa oficina, me estaba compartiendo su experiencia. Así, sin más trámite que el tiempo necesario para escucharlo. Y eso es algo que para mí no tiene precio.

Yo desde muy chico tengo una profunda admiración y un enorme respeto por los hombres de la vieja escuela. Siempre he pensado que de ellos hay mucho que aprender.

Que la manera de ver la vida cuando un hombre tiene experiencia es diferente a cuando se es adolescente. Que las dificultades o los problemas son “cualquier cosa” cuando se tiene experiencia. De eso me pude dar cuenta con su plática. Y de eso me gusta aprender.

Sin darse cuenta, me permitió ilustrarme de lo que hace un buen político cuando tiene como objetivo el servir a un pueblo que tiene la esperanza de que alguien lo ayude a salir del atolladero.

De una manera sencilla, pero formal, me compartió fragmentos de su vida profesional. Yo estaba sorprendido. No comprendía como una persona con tanta experiencia, podía estar sentado a la par de un completo extraño, narrándole su formación política. Después entendí que eso caracteriza a un buen político. El sentarse a la par del pueblo.

Todo esto lo saco a colación porque en esa plática tocamos el tema de las elecciones. Ellas siempre traen consigo movilizaciones de los hombres y mujeres que buscan ser elegidos por la sociedad para un cargo político.

Y todos en conjunto acudimos a las urnas a depositar nuestro voto por aquel que nos haya llamado más la atención, que nos haya caído bien o, en el peor de los casos, votar por lástima o compasión por aquel hombre que manifieste que, antes de morir, quiera ser diputado.

Y un sector tan buscado por los políticos es el que representan los jóvenes. Si, en efecto, es un grupo poblacional que es tan ansiado por captar, que el candidato hace todo con tal de que voten su a favor, incluso hasta mentirles.

Mentira tras mentira. Como si fueran gotas de lluvia, así los candidatos dejan caer las mentiras en los jóvenes.

Ya olvidé el número de mítines, eventos, paneles y mesas redondas en las que participé siendo un adolescente de 18 años. Con los demás jóvenes de mi generación, vimos pasar a muchos políticos frente a nuestros ojos. Incluso, los saludé de mano. La emoción nos embargaba siempre.

Lo lamentable de esto es que nosotros los vimos, pero ellos, los candidatos, ni nos recuerdan. Tan no nos recuerdan que jamás volvieron a acercarse a nosotros. Después de obtener nuestro voto y de llevarlos al triunfo, “los jóvenes” quedamos en el olvido.

Bueno si, si volvieron a acercarse con nosotros. Cuando las elecciones regresaban, ellos también. Ahí estaban, nuevamente tocando a la puerta de nuestra confianza. Esa puerta que cuando se es joven se le abre a cualquiera que nos saluda y nos da una palmadita en la espalda.

Pero los políticos se olvidan que los jóvenes crecen. Y con ellos, también crece la experiencia y la desconfianza. Los de mi generación ya no somos aquellos imberbes que se emocionan al escuchar decir al candidato que los jóvenes son “el presente y el futuro de México”. Que risa.

Hoy los jóvenes ya hemos cambiado. Nos hemos preparado. Estamos adquiriendo nuevos conocimientos, estamos cambiando paradigmas. Nos renovamos día con día. Académica, profesional, intelectual y analíticamente estamos cambiando.

Y hoy, con profunda tristeza puedo ver que los que no cambian son los políticos. El discurso no ha cambiado en ellos. Y no los culpo, es una fórmula que les ha funcionado y quizá por ello no quieren desecharla.

Y sin ser candidato ni político, tengo una obligación moral con los jóvenes. Con esos jóvenes de 18 años que como yo en mis ayeres, están siendo convocados por los candidatos. Con esos jóvenes que, una vez más, los están llamando “el presente y el futuro de México”.

Con esos jóvenes que les dan palmaditas en la espalda. Que cuando acuden a un evento político se sienten grandes por el hecho de que el candidato les saludo de mano o les guiñó el ojo. Con esos jóvenes que los mandan a colgar pendones o gallardetes a media noche. Con esos jóvenes que hacen vallas para que pase “monsieur candidaté”.

Con ellos esta mi obligación moral y aquí sigo cumpliéndola.

A ellos quiero decirles que la política es la más pura de las esencias para servir a un pueblo. Que la política es el camino para el desarrollo y el bienestar de una sociedad. Que gracias a ella se ha construido nuestra realidad. Que la política sirve para llegar a acuerdos, para lograr la unidad, para negociar en beneficio de una colectividad. A ellos quiero decirles que para eso, y solo para eso, sirve la política.

Por ello, quiero pedirles que no se dejen engañar por el canto de las sirenas. Que pasarán ante sus ojos muchos candidatos. Que serán invitados a muchos mítines, a muchas mesas redondas, a muchos paneles, a muchas reuniones. Y a todas ellas hay que acudir. Con la pasión de todo ciudadano.

Pero hay que hacerlo para también exigirle al candidato preparación, compromiso, pero sobre todo congruencia.

Porque no es posible que hoy un candidato se reúna con los jóvenes y después presuma ante los medios de comunicación que… ”como candidato vengo a escuchar a los jóvenes, a entenderlos y aprender de ellos para que juntos podamos enfrentar los desafíos futuros, al ser los jóvenes un pilar fundamental en la vida nacional, estatal y regional”.

¡Por favor!

Y digo que no es posible, cuando ese candidato a diputado federal ya ha sido diputado federal, diputado local y hasta senador y nunca, absolutamente nunca, hizo algo en beneficio de los jóvenes. Ni una iniciativa de ley, ni un punto de acuerdo, ni un posicionamiento, ni una gestión y mucho menos una visita a la comunidad para saber lo que los jóvenes necesitan.

Hoy los jóvenes tienen en sus manos no solo el voto. Hoy tienen la oportunidad para jugar el papel más importante de sus vidas y esto es el asumir el liderazgo que cada uno de ellos posee por el simple hecho de ser jóvenes.



Que vengan pues los candidatos comprometidos. Los candidatos que emanan de la sociedad y no de la clase política. Los candidatos congruentes. Esos son los que queremos. Como sociedad nos lo merecemos. 


¿O no?



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