No cabe duda, escudriñar el pasado siempre es grato.
Permite que las imágenes que pasamos por alto y que las mandamos
al olvido, regresen de una manera tan exacta que se vuelve a vivir el momento.
En el año 2012 fui invitado a
participar en el concurso estatal de oratoria organizado con motivo a la
Revolución Mexicana.
"Eco Revolucionario" fue el
concurso que me permitió compartir presidium y a la vez, el gran compromiso que
representa evaluar a los jóvenes chiapanecos que asistieron para hacer uso de
sus habilidades y de sus conocimientos para salir triunfadores y alcanzar el
primer lugar.
Junto a Carlos Aquino López,
Presidente del Foro Nacional de Oradores, de Marco Martínez y de Rubiel Gamboa,
reconocidos oradores chiapanecos de gran trayectoria en esta rama de la cultura,
formamos el jurado y con ello, fuimos los responsables de elegir a los
merecedores del primero, segundo y tercer lugar.
No fue una tarea fácil. Nunca lo es
cuando en cada uno de los participantes se reúnen horas y horas de lectura y
mucha experiencia en el uso de la palabra.
Ver el esfuerzo de los jóvenes es un
estímulo para mí. Me nutre. Me lleno del valor demostrado en cada discurso
pronunciado.
Por ello, cuando se me da la
oportunidad de dirigir un mensaje, no puedo dejar pasar la oportunidad para
demostrarles mi admiración y mi respeto.
Hoy les comparto el pequeño mensaje que
dirigí a los participantes de ese gran concurso.
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