marzo 28, 2014

“Agárrate fuerte, hijita”


“Agárrate fuerte, hijita”


Quizá esas fueron las palabras de la madre hoy por la mañana. Con la mochila cruzada en el cuerpo, le habrá ayudado a subir a la motocicleta. 

Quizá le hizo el desayuno. Quizá le preparó su lunch. Y quizá ayudo a la nena a vestirla. Con sus calcetas blancas a la altura de la rodilla, con su vestido del uniforme en color vino y con sus zapatos negros. Con su cabello agarrado en una coleta.

Quizá también le habrá dado un beso en la mejilla. Y quizá le habrá dado la bendición con los labios del corazón. 

Y los vio partir. El manejando la motocicleta y ella, la niña de escasos 8 años, sentada detrás de el abrazando con sus bracitos el estómago de su papi. 

Y poco a poco, esa imagen se fue difuminando ante sus ojos a medida que la motocicleta avanzaba. 

Quizá todo esto que aquí narro haya pasado. Si : quizá.

Pero de lo que estoy seguro es que esa niña ya no regresará a abrazar a mamá. Estoy seguro que esa casa ya no volverá a escuchar la risa de la niña. Ni la verán crecer, ni abrazar, ni besar.

De todo eso estoy seguro. 

La niña estaba tendida en la calle. La motocicleta retorcida y el papá tirado metros adelante. Un camión los embistió y solo pude observar como nadie tocaba a la niña. Todos con caras de horror. 

El padre con las manos en la cara y gritando desconsolado. El accidente fue brutal.

Esto sucedió hoy mientras llevaba a mis hijos a la escuela. Sólo a escasos metros del accidente.

Con el corazón destrozado, entregué a mis hijos en el colegio y me enfilé a mi trabajo. Pero mis ojos seguían viendo esa escena. La imagen de la niña tendida en la calle la tengo fijada en la mente. ¿Llorar? sí, lo hice. Me impactó todo. Absolutamente todo.

Hoy hago un atento llamado a las autoridades legislativas. Los niños no deben de circular en motocicletas en ninguna de sus formas.

Debe de legislarse para ello. Prohibir a los conductores de las motocicletas subir como pasajeros a niños. En el reglamento de tránsito no contempla algo al respecto.

Espero pueda hacerse algo en ello.

Ojalá hagamos conciencia. Para mis amigos que manejan motocicletas y para los que no lo son, por favor cuídense y cuiden a quienes suben como pasajeros. Recuerden que llevan la vida en sus manos. 

Y para los que manejamos vehículos, recordemos que llevamos la vida de quienes nos acompañan, pero también de todos aquellos que nos rodean. 

Recordemos que la vida cambia en un segundo. Y no siempre es para bien.

marzo 08, 2014

Día de la mujer



Ayer por la noche estuve navegando en las redes sociales.

Muchas imágenes, muchas frases, muchos pensamientos enfocados a la mujer. Y no es para menos, el 08 de marzo es el día en el que internacionalmente se le celebra.                                                                   
Pero no puedo callarlo. Mi yo interno me dice que quiere salir para no guardar mis emociones. Y así lo tengo que hacer.

En ese recorrido virtual pude leer en los muros de muchos hombres su malestar y su incomodidad por tanta "fiesta" en honor a la mujer.

Muchos expresaban como decimos en Chiapas ..."ya es mucho ya" de tanta palabrería dirigida a la mujer. 

Así también, en contra parte, pude leer mensajes de contactos míos celebrando a la mujer. Mensajes bonitos. Poemas inspiradores que conmueven hasta las lágrimas.

Todo esto lo comento porque en muchos de ellos, pude darme cuenta de lo contradictorios que somos los seres humanos.

Y es que me resulta impensable leer a un hombre que felicita a la mujer del mundo cuando a golpes tunde a la de casa.

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando despide laboralmente de su empresa particular a  una mujer solo por el hecho de ser mujer.

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando el no puede ni hacer feliz a la mujer que le dio la vida, a esa que cuidó de él siendo niño, esa que quizá se privó de muchas cosas por dárselas al hijo.

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando ese mismo hombre hizo hasta lo imposible por dejar al desamparo económico a la que fuera su mujer al dejarle una pensión de 300 pesos mensuales para sus hijos.

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando le da la espalda a su propia hermana.

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando ese mismo hombre nunca ha procurado hacer feliz a la hija que le espera en casa.

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando el no ve bien que sea la mujer la que mande en casa.

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando ese mismo hombre no soporta que su esposa sea la que tenga un mejor salario.

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando en su equipo de trabajo "no se aceptan mujeres".

Me resulta impensable leer a un hombre felicitar a la mujer del mundo cuando no les reconoce el gran potencial que ellas poseen, curiosamente, sólo por el hecho de ser mujeres.

Todo ello para mí es impensable, pero respetable. Cada quien puede hacer uso de sus ideas y plasmarlas como quiera.

Impensable, pero tengo que aceptar que es una completa realidad. Los muros en Facebook, pero más aún, los actos de los que me rodean me lo confirman.

Y como cada expresión que leí en internet me genera el mayor de mis respetos, aquí está la mía.

Yo creo que más allá de felicitar a la mujer, debemos de reconocerle cada una de esas virtudes que poseen. Esa capacidad de organización, de creatividad, de liderazgo y de ímpetu.

Que los espacios que hoy tienen no se los han ganado. Esos espacios desde siempre eran de la mujer pero que hoy lucharon por hacerlos suyos.

Pero más aún, reconocerle esa capacidad de amar, esa que no reconoce fronteras y que sin importar cómo somos, nos entregan día a día.

Por eso hoy, más allá de felicitar a la mujer, hoy quiero reconocerlas.

Sigan caminando de la manera en la que lo están haciendo. Sigan rompiendo las barreras misóginas que almas sin mente les colocan para impedir su avance, evitando dejarlas pasar por temor a que los vayan a superar.

Para qué le sigan demostrando al mundo su temple, su compromiso y su preparación.

Que nada les detenga. 

Todos tenemos mucho que aprender.

Al menos yo he aprendido mucho de ustedes, de la mujer. 

Ustedes me han dejado ver que se puede amar y luchar. Ustedes me han demostrado que se puede salir adelante aún con la tormenta sobre nosotros.

De ustedes he aprendido mucho de lo que hoy soy. Porque en mi están los ejemplos de muchas mujeres que me han levantado cuando la vida me ha tirado. Porque cada mujer que hay en mi familia me ha sido ejemplo y aliento.

Por ello, aquí nuevamente mi reconocimiento a la mujer. 

Ojalá como sociedad nos demos cuenta que hay mucho por hacer. Ojalá que las celebraciones las podamos acompañar siempre de acciones, esas que hagan a los hombres ceder los espacios del reconocimiento y de la participación a la mujer y las coloquen como líderes de retos y no como simples flores adornando las mesas de centro.

Que Dios las bendiga.