Televisa proyectó un programa en donde
convocó a la niñez mexicana. Niños de todas partes del país se emocionaron por
participar en donde las historias de vida y el talento para cantar fueron los
principales motivos para ser participantes del proyecto denominado ME PONGO DE
PIE.
En la tierra chiapaneca, muchos fueron los
que acudieron a las audiciones. Todos con sus mejores galas. La oportunidad de
triunfar estaba cerca y presurosos se inscribieron.
Pruebas, jurados, demostraciones y
vocalización de facto. Cada etapa se fue sorteando hasta encontrar a los niños
que reunieran más talento.
Y de esas pruebas de talento vocal, surgieron
los dos niños que se presentarían en ese programa de televisión.
Hilber Antonio y Samuel Ignacio Alvarado
Zúñiga son dos niños chiapanecos que perdieron todo por el desbordamiento del
Rio Coatán y que los hizo emigrar de Tapachula a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez
en compañía de don Hilber y de doña María Antonia, sus padres.
Ya superado lo emocional que conlleva el
comenzar de cero, la influencia musical del padre de los menores hizo que los
niños comenzaran a vocalizar de forma nata hasta llegar a triunfar por encima
de los más de 100 niños chiapanecos que se inscribieron en Chiapas.
Por ello, Reflejos Péndulo Radio se dio a la
tarea de contactarlos para conocer como ha sido su corta pero motivante carrera
musical.
En entrevista. Hilber y Samuel nos
compartieron sus experiencias al participar en la cadena de televisión más
importante de México y el convivir con grandes cantantes como Cristian Castro,
Ana Torroja, Río Roma, entre otros más.
Quiero confesar que fue una emotiva
entrevista para mi. Quizá por ser el tema de la niñez y los sueños de niño algo
muy sensible en mi vida. Hoy el programa de televisión ha acabado. Pero los
sueños de los hermanos Alvarado Zúñiga siguen intactos. Pude notar la fuerza
del corazón que existe en cada uno de los niños, de lo claro que tienen sus
metas en la vida.
Y a diferencia de la canción que nos cantaron
en cabina llamada “Se va muriendo mi alma”, ellos tienen muy viva su ilusión en
la vida, y es la de triunfar en la música y el canto.
Hoy se encuentran tocando puertas. Acudiendo
a cada lugar para pedir una oportunidad para demostrar su voz, su talento y su
responsabilidad. Sin importar que su situación económica les impida proyectarse
aún más, ellos van caminando por la vida con la esperanza que un día la puerta
se abra y caminen directo al triunfo.
En lo personal, difundir y apoyar el talento
de los niños chiapanecos es algo que forma parte de mis prioridades. Por ello,
desde este espacio, les quiero expresar que deseo que cada uno de sus sueños
los alcancen. Bendiciones para “Los Costeñitos”, nombre con el que iniciaron su
trayectoria musical hace más de tres años.
Y para el padre de ellos, para don Hilber
Antonio, mi reconocimiento por impulsarlos, por no cerrar los ojos y poner
alma, corazón y vida -parafraseando a esa hermosa canción- para tomar de la
mano a sus hijos y guiarlos al triunfo, ese que sin duda alguna se merecen.
Aquí el video de la entrevista:
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