Por: Luis Alberto Luna León
Siempre lo he dicho. Aquello que te
apasiona y lo haces con la misma entrega, siempre te dará grandes
satisfacciones.
Esto sale al tema porque la semana
pasada tuve la oportunidad de acudir a un encuentro académico. Fue en la
Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Chiapas en donde se dieron
cita la oratoria y la abogacía.
Bajo el marco de los Juicios Orales, fui
invitado por el Dr. Alfonso Jaime Martínez Lazcano, prestigiado jurista de
Chiapas a participar con un valioso tema, y me refiero a la importancia de la oratoria en el nuevo modelo
de justicia. Mención especial me merece el agradecimiento por tan atenta invitación
a mi maestro y amigo Martínez Lazcano.
Grande fue mi sorpresa que el auditorio
estaba completamente lleno. Y en él, la presencia de abogados procedentes de
Colombia.
Ahí, ante la mirada colombiana y bajo la
coordinación del Dr. Juan Marcelino González Garcete y el Dr. Jaime Alfonso Cubides, compartí
diferentes tópicos sobre la oratoria, desde aquella que Demóstenes y Marco
Tulio Cicerón llevaban a cabo en la antigüedad, pasando por los oradores rojos
como Hitler o Lenin, hasta los grandes oradores que dieron su vida por la
defensa de un ideal como lo fue el chiapaneco Belisario Domínguez Palencia o
Martin Luther King.
Obligada mención me refirieron en la plática José Muñoz Cota, Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega y Beatriz Paredes
Rangel, grandes oradores mexicanos que son quienes hicieron vibrar las tribunas
en los concursos nacionales de oratoria, siendo el primero el gran maestro de
la oratoria en México y Muñoz Ledo y Paredes Rangel, los campeones del
prestigiado concurso que organiza el Periódico “El Universal” escenario de
tantos reflectores y luminarias por el que han pasado muchas generaciones de oradores mexicanos.
Considero por demás importante conocer
que hoy no sólo la justicia necesita a la oratoria para su sano crecimiento. No
concibo a un médico sin saber expresar sus conocimientos. O a un empresario sin
saber comentar su proyecto ante un grupo de inversionistas extranjeros. Ninguna
profesión está exenta de la oratoria.
Y cuando se trata de la defensa jurídica,
sin duda alguna se hace por demás necesaria. De ello depende la justicia. Así de
simple.
Bajo este contexto, fue una agradable
jornada verbal y jurídica la que compartí con las abogadas y abogados
colombianos, pudiendo participar en la mesa de exposición conformada por las
Doctoras en Derecho, haciendo con ello el intercambio académico que tanto
fortalece en lo personal y profesional.
Reciban todos mi agradecimiento por su tiempo y por poder aprender de ustedes. Hasta Colombia un gran abrazo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario