La vida siempre nos acerca a aquello que nos gusta.
De una manera inesperada, nos
encontramos frente a frente con eso que le da sentido a nuestra vida. Muchos se
enfocan a lo material. Y lo respeto en su totalidad. Sin embargo, lo que me inspira en la vida no
se puede tocar, tan solo sentir y disfrutar. Yo busco lo emocional.
Y así me vi, de pronto, ante la gran oportunidad
de presidir la mesa del jurado de un importante concurso de oratoria en
Chiapas. Y tiene este alto grado de importancia debido a que los alumnos que
ahí estudian vienen de diversos municipios del Estado.
Y mis expectativas fueron superadas. Frente a mi
pasaron los jóvenes de Chiapas, esos que muchos oradores hacen mención en sus
discursos. Esa juventud que es mencionada hasta el cansancio en los discursos
de los políticos, haciendo ver que en ellos está la esperanza. Las comunidades
de las diferentes zonas económicas de mi entidad, estaban frente a mí,
representadas por nueve concursantes que harían uso de su voz, pero sobre todo,
de su conocimiento para buscar el tan anhelado primer lugar.
José Nahum Lara Ruiz, Daniel Cabrera Córdova, Citlali
Gabriela Solís García, Mayte Azucena Gómez Sánchez, Walter Vidal Vilca Mamani,
Carlos Alejandro Díaz Pérez y Guildardo Román Alegría Muñoz fueron los alumnos
de diversos planteles de Chiapas que con los temas señalados en la
convocatoria, y mediante sorteo de los mismos, pasaron a tribuna para demostrar
por qué buscar ser campeones del concurso.
Valorar a los concursantes de oratoria no es
cosa fácil. La voz y su colocación, el uso del lenguaje, la sintaxis, la kinésica,
la fundamentación histórica, la argumentación literaria y la emoción y
sentimiento dentro de otras cosas más son elementos que yo valoro y aprecio en
cada concursante.
Y en esta justa tuve la tranquilidad de
compartir criterios con personas de gran trayectoria en el arte de la palabra
como lo es Rubiel Gamboa Munza y de Alexander Domínguez Mendoza, así como el
representante de la nueva generación de oradores de Chiapas, como lo es Erik
Trejo Santiago, Presidente del Instituto Nacional de Oratoria capítulo Chiapas
y ex campeón de oratoria del COBACH en años anteriores.
Así pues, derivado de una acalorada sesión de
improvisación para lograr el desempate entre dos alumnos y participantes, se
logró determinar que el tercer lugar correspondería a Walter Vidal Vilca
Mamani, el segundo lugar para Carlos Alejandro Díaz Pérez y resultando campeón
absoluto Guildardo Román Alegría Muñoz.
Tengo que hacer mención obligada que en lo
personal, fue el concursante que a mi juicio, puso en la mesa del jurado para
ser valorado y calificado, su amplio conocimiento de libros leídos, autores
consultados, fechas históricas, pero lo que vino a coronar sus disertaciones
fue el conocimiento de la realidad social que hoy tiene cada ciudadano
chiapaneco y de la propuesta que hacía para dar solución a lo que tanto nos
aqueja como mexicanos.
Y es que de eso se trata la oratoria, de conocer
nuestra realidad, nuestro tejido social. A eso le debe de apostar un orador, a
proponer y construir con fundamento histórico, literario y jurídico y social,
para no convertirse en un simple merolíco repetidor de frases célebres y
perderse la oportunidad de construir ellos mismos su propia historia.
Felicidades a todos los concursantes, pero sin
duda alguna, mis felicitaciones en especial para Román Alegría Muñoz, a quién
le auguro un camino en la oratoria lleno de éxitos y triunfos.
Aquí la memoria del evento.
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