Con mis alumnos de oratoria. Sumando para
importantes proyectos. Unirme al talento de las y los jóvenes que integran mi
taller de oratoria es algo que me nutre.
Aprender de ellos. Sufrir y
entusiasmarme con ellos es algo que me llena de profundas satisfacciones.
En cada repaso del discurso me sorprendo de la
capacidad que tienen para corregir y superar esa barrera mental que tenían y que a través de la práctica logran dejar atrás.
Uno es lo que hace. Así que seguiremos en la
brecha. Fortaleciendo su trabajo y construyendo el gran proyecto: su
preparación profesional.
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