Siempre he creído que
ser feliz no se basa en estar alegre siempre sino más bien, aprovechar el dolor
para poder reinventarnos y avanzar con tranquilidad. Las crisis las tenemos
todos. Y a diferencia de la alegría, nadie le toma fotos a la tristeza o a lo
que nos duele.
Soy un convencido que
las crisis deben de enfrentarse y no evitarles. Darle la cara para tomarles una
fotografía mental buscando que se nos grabe aquello que jamás debemos volver a
hacer.
Y con el paso del
tiempo, voltear la vista atrás y sentirnos orgullosos de todo lo que hemos
superado en la vida, reflexionando que hoy somos lo que en el ayer enfrentamos
o bien, somos el resultado de lo que en el ayer le huimos. Fortalecidos o
resquebrajados. Esa es nuestra decisión.
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