La vida avanza sin detenerse
La vida nos permite coincidir muchas veces con la gente que
uno estima. Queda en nosotros aprovechar esas oportunidades para sumar o
restar. A mis amigos de toda la vida Juan Solís López y Marcela Gómez les
refrendo mi cariño y aprecio. Y hoy sumo a estos valores mi admiración.
Tuve la oportunidad de tener como alumna a su hija Adriana,
universitaria que en todo momento demostró los grandes valores que sus padres
le inculcaron hasta hacerla merecedora de un reconocimiento por la Facultad
Libre de Derecho de Chiapas por sus altos promedios académicos.
No cabe duda, la vida avanza sin detenerse. A la edad de ella
yo conocí a sus padres. Mis felicitaciones para los tres. Les estimaré por
siempre.
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