Luis Luna León martes, octubre 21, 2025 0 comments conciencia luis alberto luna león luis luna león luna león luis alberto reflexión Despertares Home » conciencia » luis alberto luna león » luis luna león » luna león luis alberto » reflexión » Despertares Ayer estuve sentado en la arena de una playa.Mi mirada se paseaba por todo ese paisaje que ante mi estaba. Admiraba esa alborada. Disfrutando el aire fresco, sabiendo que en poco tiempo el sol cambiaría el escenario por completo. Ese amanecer me acompañó en mis reflexiones. Y recordaba los momentos difíciles que he vivido en este año. En cada emoción, en cada adversidad. Y ahí, solo, tendido en la arena de ese hermoso lugar, llegué a la conclusión que los seres humanos tenemos tres amaneceres que marcan nuestra vida.Si. Amaneceres. Despertares. Tres nacimientos.Desde niño he crecido con una frase retumbando en mi mente y la he convertido en mi bandera de vida. “Ser, crecer y trascender”.Y esa bandera me ha marcado un rumbo y un destino. Tal y como lo hiciera con la bandera de México Ricardo Torres Nava, primer mexicano en conquistar el Everest al colocarla en la cima de esa imponente cumbre en 1989.Nacemos y morimos. Esa es la ley de la vida. Sin embargo, creo que hay mucho más después de morir. Ahí estriba mi reflexión sobre los tres despertares.Nuestro primer despertar es el biológico. Ese haz de luz que vemos al abrir los ojos por primera vez, viene a ser recordado por nosotros y por todos los que nos rodean al ubicarnos como un ser con vida. Y así seguimos, viviendo y haciendo de nuestros actos nuestro hábito diario.Sin embargo, la vida nos va enseñando que muchas cosas de nuestro entorno nos llegan a marcar a tal grado que se vuelven motores para avanzar o bien, nuestras anclas para estancarnos.Y a estas últimas muchos le llaman traumas, fobias, complejos. Otros le denominan huellas de la infancia. Y se vuelven marcas tan profundas que enrutan todo nuestro caminar.Y es que las experiencias infantiles, tanto positivas como negativas, dejan huella en la vida de una persona, marcando su personalidad, cada una de sus emociones y lo más importante, vienen a definir nuestras decisiones como adulto. Estas pueden ser experiencias negativas y pueden ser tan variadas, como variados fueron los momentos que nuestros padres nos ofrecieron o nos negaron, como el rechazo, el abandono o la humillación.Cuando sumamos todo esto, le llamaremos heridas emocionales. Y tengo que ser honesto. Pocos son los seres humanos que cuentan con experiencias positivas como el apoyo o el impulso de su círculo más cercano para el logro de nuestras metas. Y esto es lamentable porque ahí es en donde descansa la confianza y la autoestima que puede tener alguien en la etapa adulta. En las palabras o las actitudes que les brindan los que le rodean.Tengo que citar todo esto, porque es precisamente lo que motiva al segundo despertar. Y me refiero a la etapa en donde un hombre o una mujer reconoce que tiene anclajes emocionales en su ayer. Temas pendientes de atender. Como personas, los debemos de procesar. Es necesario desprenderse de todo aquello que no nos sirve como individuo para poder avanzar por la vida siendo feliz y en armonía. Porque solo cuando desechamos el sentirnos traicionados, de tener enojo, coraje, ira, frustración o de sentir ansiedad por circunstancias dadas, es cuando podemos encontrar al verdadero ser humano que existe entre nosotros. Libres de mochilas llenas de basura emocional. Y es ahí en donde puede romperse el eslabón y marcarse una nueva etapa para escribir una nueva historia.Y ese es el segundo despertar. El de un hombre o de una mujer sin cargas internas. Sin cestos de basura en nuestras manos. Sólo así podemos caminar dando amor, paz y estabilidad a los que nos rodean. Sólo cuando en nuestro interior el agua se ha purificado, podemos saciar la sed. Y es entonces cuando nuestros actos toman otro sentido. Ya perdonamos, ya procesamos, ya soltamos y ya honramos. Si. Honrar. Encontrar lo positio de lo negativo. Honrar lo vivido. Agradecer cada problema, cada momento difícil, adverso. Porque gracias a todo eso, hoy podemos ser quienes somos. Pero debemos de dar el paso confiando en que todo estará bien.Solo cuando el pueblo avanzó hacia el mar, éste se abrió de par en par. No fue antes. Por eso debemos de tener el deseo y buscar todo aquello que nos permita ser mejores humanos, para que cuando el destino nos alcance, exista el tercer despertar. El del buen recuerdo. El del dolor abrazando una sonrisa por los buenos momentos vividos. Por la felicidad compartida con quien ya partió. Por las pláticas sostenidas. Por las diferencias que existieron y por la manera en la que se superaron. Si, el tercer despertar ya no lo veremos. Ese queda para los que se quedan. La muerte nos ha alcanzado y no nos brinda oportunidad de nada. Ni siquiera de dar el último beso, el último abrazo sintiendo el tomar de los cabellos. La muerte es tan real como repentina. Y cuando las exequias pasen, llegará la calma. Y ahí habrá un nuevo amanecer. El tercero y último. El más importante. Porque entonces, unos hablarán de sus logros y éxitos. Pero todos recordaremos a ese ser amado que acaba de irse de este mundo.Y lo más extraño y paradójico de este tercer despertar, es que aquello que nos molestaba en vida y que nos hacía enojar de ese ser amado, hoy lo recordaremos con tanta fuerza, que lo quisiéramos abrazar sin nada importar.Luis Luna León Share This To : Facebook Twitter Google+ StumbleUpon Digg Delicious LinkedIn Reddit Technorati
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