No puedo
iniciar mi entrada en el blog, sin antes hacer un acto de justicia.
Y este acto
de justicia es el agradecimiento sincero a los alumnos de la Licenciatura en
Administración de Empresas, por haberme distinguido para ser su Padrino de
Generación.
Para un
catedrático, esto representa un alto honor, es una enorme distinción. Muchas
gracias por ello, muchachos. Me lo guardo en lo más profundo de mi corazón.
Y es que acudir a un evento de este tipo es de mucha trascendencia.
Estar en
una ceremonia de graduación, es quizá el acto más importante en la vida de todo
universitario.
Representa
el ver culminar los sueños, el cerrar un ciclo, llegar a la meta trazada.
El decirle
al mundo que si se pudo. Decirle a la vida que si pudieron. Eso es lo que hoy
existe en la mente de muchos de ustedes.
Y hoy, comparto la felicidad de cada uno de los egresados. A Ofmang, a Marroquín, a Tania, a Dianaisis, a Arévalo y a Luz mi deseo para que siempre los éxitos sean una constante en su vida laboral.
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