La oratoria es por demás apasionante
para quien hoy escribe.
Me ha permitido conocer muchas cosas.
Desde la mentalidad de los autores de los libros que he leído a lo largo de mi
vida, pasando por la generación de oradores a la que pertenezco
generacionalmente hablando, hasta conocer a nuevos valores en la oratoria.
Y algo que aquilato, es el poder sumarme
al talento que existe en esos nuevos oradores.
Hoy hago mención de un caso especial.
Hoy dedicaré estas líneas a alguien que, a mi juicio, creo tiene un camino de
laureles en la oratoria.
De carácter serio, amable y por demás
introvertido. Así podría definir a Luis Octavio Serrano Zuart en mi primera
impresión cuando tuve la oportunidad de conocerlo.
Sin embargo, cuando fuimos conversando y
a lo largo de los días en los que estuvimos ensayando, pude darme cuenta de
valores mucho más profundos que en él existen.
Disciplinado, necio con su deseo de
aprender y con un carisma por demás sorprendente.
Y delante de mi fue creciendo poco a
poco. Siempre presto a modificar aquello que yo le observaba y corrigiendo al
grado de no volver a tropezar con ese error. Así se fue formando un nuevo
orador en Chiapas.
Escucharlo disertar es un deleite. Con
un estilo propio, sereno, elegante y muy convincente. Ese es hoy el sello que
Luis Octavio impregna en sus palabras y en su desempeño en la tribuna.
Hoy escribo estas líneas para hacer
público mi entusiasmo y mi orgullo por el campeonato obtenido en el Instituto
Andes de Tuxtla por mi alumno Luis Octavio Serrano Zuart y con ello lograr su
pase directo al Torneo Académico Intercolegial Nacional TAI a celebrarse en el
2018.
Fui testigo de su ensayar día a día. Que
grato es ver que su esfuerzo tuvo grandes resultados.
Que sigan tus éxitos, Luis Octavio. Sigue siendo ese gran ser humano que hoy eres y nunca olvides que la constancia es la base del éxito. Y tú eres ejemplo de ello.
Vamos por el nacional. Cuenta conmigo.
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