febrero 21, 2018

Ya en circulación



Hoy fue el día en el que todo vuelve a la normalidad. Hoy me puse nuevamente en circulación.

Después de estar por muchos días en cama hoy me incorporé para iniciar con mis labores cotidianas. Realmente fueron pocos días, pero yo sentí como si hubiera pasado un año en recuperación.

En ese tiempo tuve la oportunidad de leer un libro.  Un libro que me gusta por el alto contenido de esperanza, esa que muchos creemos que no sirve para absolutamente nada.

Más allá del invierno es el título que Isabel Allende firma en su libro que me enganchó desde el inicio de mi lectura. Imposible no leer una historia en donde el amor y la búsqueda de la felicidad se da en medio de las adversidades.

Así que superada mi lectura, y mis días indicados para reposar como prescripción médica por mi reciente operación de vesícula, pues me pongo en circulación. Y en honor a la verdad, es algo que ya ansiaba pero sobre todo, necesitaba.


Nos leemos pronto.

febrero 18, 2018

Innovando en domingo

    

Estoy a mitad de la mañana de este domingo. Tengo toda la intención de continuar escribiendo en este blog. Comunicarme con mis pocos lectores es algo que me agrada. Y recibir sus comentarios en mis entradas aún más. De hecho, muchas veces mi página web me ha ayudado a comunicarme cuando mi orgullo me ciega.

Así que por estas razones me decidí a investigar como ampliar mi horizonte de posibilidades de escritura virtual y acabo de instalar en mi celular la aplicación de Blogger.

Quiero aprovechar cualquier oportunidad para escribir y hoy lo quiero hacer desde mi celular y no como antes, que sólo escribía en la computadora de escritorio o desde mi lap top.

Muchos me han comentado que esta plataforma no ofrece muchas variables para escribir y editar. Es decir, que los escritos quedan sin formato aceptable a la vista. Pero me voy a arriesgar.

Así que esta será mi primer publicación desde mi celular. Y aunque no uso un iPhone, creo que desde Android lo intentaré.

Cualquier sugerencia al respecto, siéntanse en la libertad de hacermela llegar.

Un abrazo para todos en medio de esta calurosa mañana de domingo de febrero.

febrero 15, 2018

Estoy muy aburrido







Hoy ha sido un día soleado en Tuxtla Gutiérrez. He visto pasar los minutos postrado en esta cama, que aunque cómoda, ya me harta.

Por prescripción médica me encuentro en reposo. La operación que me practicaron no fue sencilla y me pidieron que no hiciera muchos esfuerzos y pues, aquí estoy, haciendo caso de las recomendaciones de mi médico.

Mi celular no ha dejado de sonar. De la oficina me llaman para dar seguimiento a temas por mi ausencia laboral. La oficina como el tiempo no se detiene. Sigue su marcha.

Hoy recibí la llamada de mis dos primos hermanos. Alex y Calín. La verdad, me sorprendió muchísimo el que me hayan llamado. Pero fue una sorpresa grata, de esas que te alegran el día. Me llamaron por separado para preguntar por mi salud y aprovechamos a ponernos al día en los temas de nuestras vidas.

Desde niños siempre estuvimos cercanos. Más allá del parentesco, a ellos me une un sentimiento especial. Quizá sea que oscilamos entre un mismo rango de edad, quizá tenemos amigos en común, quizá sea que de niños compartimos muchas travesuras en sus ranchos o quizá sea alguna otra cosa especial. Y lo comento porque tengo otros primos hermanos con los que no existe lo que con Alex y Calín hay.

Lo que sí sé es que les guardo mucho cariño y aunque hoy el tiempo y nuestras actividades nos impiden reunirnos con la frecuencia que yo quisiera, en mí existe un sentimiento de hermandad hacia ellos.

Pues bien, recibí las llamadas y el día volvió a quedar en silencio. Si, en silencio. En absoluto silencio.  El efecto del aire era lo único que yo escuchaba. Árboles moviéndose, ventanas zumbando y ese fresco en la cara que te hace sentir vivo cuando te toca.

Acostado, meditando. Así pasé gran parte de la mañana hasta que la ansiedad se apoderó de mí. Una vez más, como cuando previo a mi operación quería yo salir corriendo de esa sala de hospital.

Tomé el control remoto de la televisión y programé Netflix.  Y he de ser honesto. Llevo una semana completa recorriendo el menú de ese portal. Y no puedo creer lo chafa y aburridas que me resultan las producciones que ahí exponen.

Y más allá de las buenas series y los documentales que manejan, sus películas tienen una producción de tres pesos. De muy baja calidad y con historias por demás lerdas.

Cansado de ello. Me dispuse a ver la aplicación en mi celular de algunos periódicos nacionales. Estamos en épocas de elecciones políticas y pues, las noticias versan en lo mismo. Descalificaciones y más descalificaciones. De propuestas políticas ni hablamos. Todo es denostar y desprestigiar. Como si no fuera suficiente con la propia trayectoria de la mayoría de los candidatos.

Pero bueno, aquí estoy, haciendo lo que me gusta hacer en aquellas tardes, o mañanas o noches o momentos en donde me encuentro sólo con mis adentros.

Agradeciendo que estoy en recuperación y no en un lecho de muerte. Agradeciendo que me aguarda un trabajo que lamentablemente muchos no tienen. Agradeciendo que recibo llamadas de mi familia y de amigos que me hacen saber que no estoy solo. Agradeciendo que hay muchos a los que les importo.

Pero sobre todo, agradeciendo lo que ha regresado a mí, a mi entorno, a mi propia vida, porque ha regresado eso que me mantiene feliz, eso que le ha dado y le seguirá dando un giro a mi vida. Y estoy muy feliz por ello. Lo necesitaba.

Y una vez que yo regrese a mi vida cotidiana, será un nuevo comenzar, un nuevo renacer. Y es que una simple operación de vesícula hizo que el tiempo se detuviera por un momento en mi vida, para que pasaran tantas cosas que hoy me hacen ver la vida desde otra perspectiva. Ver, valorar y agradecer todo.

Siempre me dije que este 2018 sería un año de muchos cambios, de muchas transformaciones. Pero jamás creí que estaría de frente a esos cambios tan pronto.

Admiro a esos que gustan de ver la vida pasar, sintiendo el aire fresco en su rostro sintiéndose vivos. Pero lo que es yo, prefiero estar vivo pero para vivir la vida en vez de sólo existir.

Así que me encuentro feliz por todo lo vivido. Sin embargo hoy, en este momento, estoy muy aburrido.


Hasta la próxima.

febrero 12, 2018

Iniciando una nueva historia en la docencia


La docencia ha formado parte de mi vida.

Tuve la oportunidad de egresar de la licenciatura en administración de empresas en el año de 1997.  Y a partir de ahí he estado en las aulas. Primero un año como “adjunto” de un catedrático titular  y después ya como titular de la materia.

Muchos han sido los alumnos que he visto pasar frente a mí. Muchas son las generaciones que me han permitido acompañarlos en su formación profesional.

Hoy muchos ex alumnos me distinguen con su referencia, otros más me han brindado su amistad y algunos me han permitido formar equipo de trabajo en las diferentes posiciones que la vida laboral me ha brindado al invitarlos como mis colaboradores.

Pero en este 2018 se abre una nueva historia. En este año me incorporé a la Facultad Libre de Derecho con una materia transversal como lo es manejo de personal y liderazgo.


Desde aquí mi agradecimiento a los directivos de esa institución educativa. Estoy seguro que la suma de esfuerzos redundará en buenos frutos para mis ahora alumnos.

Sorpréndeme Febrero




Siempre me han gustado las sorpresas.

De hecho, mi vida ha estado rodeada de ellas. Desde aquella vez en las que el destino me acercó a personas que le dieron un significado especial a mi vida y que se fueron de ella haciéndome ver que me había equivocado; hasta aquella ocasión en las que mi compadre me llamó con engaños para pedirme que fuera a su casa y ahí regalarme una cachorra bulldog que hoy alegra mis llegadas a casa.

Sin embargo, nunca creí que mi salud iba a ser pretexto para una sorpresa. Si, una dolorosa y urgente sorpresa.

Por situaciones laborales tenía que trasladarme a la ciudad de México. Era el primer vuelo del día y tuve que madrugar para acudir al aeropuerto a la hora indicada. Con mis amigos y compañeros de trabajo nos trasladamos al lugar en donde habría que desahogarse la reunión. Pero teníamos el tiempo suficiente para desayunar previo a nuestra cita.

Ahí se acentuaron los dolores. Una punzada por debajo de la costilla derecha me hizo pedir algo ligero para el desayuno. Fruta fue la elección.

Sin embargo, conforme los minutos pasaban el dolor se incrementaba.

Durante la reunión de trabajo todo cursó sin novedades. Todo menos mi dolor. Ese iba en aumento. Y para la tarde ya era insoportable.

Desde la ciudad del smog y ya en el aeropuerto esperando mi vuelo de regreso a Tuxtla Gutiérrez hice algunas llamadas. Una de ellas fue para Benigno Rodríguez Ovando, amigo mío desde la escuela primaria.

Por los síntomas que presentaba el diagnóstico a "ojo de buen cubero” que Benigno tuvo fue la vesícula. Me hizo saber de la necesidad de realizarme un ultrasonido para confirmar o descartarlo.

Me citó en su consultorio y a mi arribo a Chiapas me dirigí a verlo. Y así fue. La vesícula presentaba complicaciones y necesitaba extraerla.

Al otro día, busqué una segunda opinión. El resultado fue el mismo.

Por lo que me indicaron que era urgente la operación y ante ello, no hubo argumento para un receso. Es más, el dolor que yo presentaba no me permitía pensar en un remedio paliativo.

Y pues hoy heme aquí, en completa recuperación. Con el ánimo positivo al 100 por ciento.  Con la mejor de las actitudes. Esperando que el tiempo haga lo correspondiente en mis heridas.




Recibiendo los mensajes de texto y las llamadas telefónicas de aliento y de buenas vibras de aquellos que siempre han rodeado mi vida.


Y nuevamente lo reitero. Las sorpresas han sido y seguirán siendo parte de mi vida. Y creo que febrero me sorprendió como nunca antes. Y de enero, ni se diga.

Hasta la próxima operación.