Tuve la oportunidad de ir con mi familia a la recién inaugurada Librería “José
Emilio Pacheco” aquí en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Recorrimos cada espacio de sus instalaciones. Todos estábamos
ávidos por descubrir lo que encerraban sus muros. Encontramos colecciones invaluables, autores de gran prestigo, escritores del ayer, del hoy y de siempre. Gusto fue encontrar una sección de escritores chiapanecos. No son todos los que están, pero estoy seguro que poco a poco se irá acrecentando ese acervo dedicado a mis paisanos. Un gran acierto abrir
espacios de este tipo para fomentar la lectura y acercar la literatura a la
sociedad.
Mis hijos estaban emocionados al máximo. Y yo aún más. Muchos libros al alcance. Cuentos, novelas, historias de ensueño. Imaginación desbordante. Magia.
Eso representa un libro para quien tiene la oportunidad de abrir sus páginas.
Mi hija escogió un libro que es la continuación de una
trilogía que viene leyendo tiempo atrás. No dudó en leerlo en cuanto lo tuvo en sus manos.
Y dentro de las muchas obras que ahí encontramos, hubo
uno que a mi hijo y a mí nos fascinó. Un libro infantil que tomé al azar.
De la
mano de la escritora brasileña Ana María Machado, nos fuimos adentrando en una
historia tan fantástica en su estructura como actual en su mensaje.
Con armaduras relucientes. Con caballeros medievales en briosos corceles. Con castillos, dragones y hechiceros. Bajo ese ambiente pudimos conocer la
historia del Rey que vivía feliz en su reino, hasta que un anciano -antes de
morir abruptamente- le hace saber que en sus tierras había un problema.
Preocupado por ello, y negándose a reconocer que exista un problema en las bellezas naturales de su reino, hizo llamar a todos los
caballeros valientes para descubrir tal problema y, a cambio de que alguno de
ellos descubriese la verdad, ofreció un gran tesoro.
Todo fue inútil, nadie lograba descifrar cual era el
problema del reino al que el anciano se refirió antes de fallecer.
La historia hubiera muerto en ese instante, de no ser
por el surgimiento de tres personajes: dos niños y un pajarito mensajero.
Un verdadero agasajo descubrir el final de la historia.
Una gran reflexión es a la que llegamos mi hijo y yo en la última
página del cuento.
Confieso que yo estaba intrigado por saber cuál era el
problema del reinado. Grande fue mi sorpresa descubrir que en esa historia para
niños, se encierra no solo el problema del cuento, sino que ahí está el
verdadero problema de muchas partes del mundo.
Yo tengo por afición leer a Paulo Freire. Coincido con
la visión que tiene con respecto a la educación y su manera de ver el mundo. Comparto
su pensar con respecto a la crítica que debe de existir para poder evolucionar
y abrazo aquella frase que decía …” la
lectura del mundo debe estar por arriba de la lectura de la palabra”…
Hoy sumo a mi lista de autores brasileños a Ana María
Machado, quien con una verdadera destreza te va adentrando
en una bella historia; no por algo ha vendido más de 4 millones de libros y
ha sido merecedora al Premio Príncipe Claus, distinción que se le otorga a
aquellos que con su trabajo brindan un aporte positivo al ámbito cultural o
social.
“Un pajarito me contó” de Ana María Machado es un libro para niños, pero que
debería ser lectura obligada para muchos de esos que “decimos” ser adultos
objetivos.
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