Uno de los principales objetivos que tenemos en Reflejos
Péndulo Radio es ser el puente para que todas las voces se escuchen.
Estamos convencidos que la comunicación es el instrumento
perfecto para construir. Una sociedad informada es la que puede avanzar hacia
un verdadero desarrollo.
Por ello, nos acompañó en cabina de radio Juan Carlos Cal
y Mayor Franco, Director del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes en Chiapas; el responsable –como el mismo señaló- de llevar a cabo
las políticas públicas en materia de cultura del gobierno del Estado.
Una entrevista en donde de viva voz pudimos conocer las
actividades que han realizado en pro de los chiapanecos y del arte que de ellos
se desprende.
Abordamos los tópicos positivos, pero también los
negativos, esos de los que la sociedad demanda respuestas.
Escribir para muchos es pasión. Es comunicarse, crear
puentes entre quien lee y quien escribe. Es transportarse a épocas, momentos.
Es congelar sueños y ponerlos a la disposición de quien lee.
Escribir es hundir teclados con la fuerza de los
recuerdos. Para muchos eso es escribir y así lo han visualizado.
Sin embargo, Rodrigo Ramos Penagos, nuestro invitado en
la cabina de Reflejos Péndulo Radio, nos ha dado muestras de que estamos
equivocados.
Para él, escribir es sólo imaginar sin límites. Fuera
teclados, libretas. Escribir es imaginar.
Hoy Rodrigo ha publicado su libro “Planeta Escoria”. El
género literario escogido por él fue el suspenso. El mensaje es profundo: la pasividad del hombre ante un mundo
que cada día se desmorona debido a la inmoralidad, la falsedad, la corrupción y
la falta de conciencia por preservar nuestro planeta.
Personajes completamente ubicados en tiempo y espacio.
Sintaxis magistral. Historia con un mensaje tan necesario en nuestra sociedad
mexicana: el cuidado del mundo.
Con una enfermedad congénita como la artrogriposis
múltiple, Rodrigo se dio a la tarea de trabajar en un libro que para muchos
será un libro más. Pero para quienes conocemos la historia del autor, se
convierte en un libro simbólico.
Viene a representar un mensaje más allá del que
encontramos en las líneas del libro. Es el mensaje de que no existen barreras
para lograr alcanzar los sueños. De decirle al mundo que no hay fuerza más
poderosa que la que existe en la mente de cada uno de nosotros.
Rodrigo vive con una discapacidad que le limita el total movimiento
de brazos y piernas. Una enfermedad que no le permitió asistir a la escuela tradicional
y obligarlo a que su formación fuera completamente autodidacta.
Para muchos nacer con esta discapacidad los hubiera
puesto en un coma sicológico. Pero Rodrigo optó por otro camino, ese que se
construye día a día y que pocos deciden hacerlo como su trayecto de vida. Y me
refiero a inspirarse en sí mismo para salir adelante.
Con las lecturas que provenían de la biblioteca de su
madre, conoció las obras de los grandes. Quien iba a imaginar que su optimismo
por la vida y la fe en sí mismo lo convertiría en uno de ellos. Un grande. Así
lo vi cuando tuve la oportunidad de conversar con él, primero vía telefónica y posteriormente
en la cabina de radio. Y así lo ven aquellos que tienen la oportunidad de
conocerlo. Sus redes sociales dan muestra de ello.
Contento y riendo de todo. Quizá hasta de sí mismo. Así
es Rodrigo Ramos Penagos, un joven escritor que a sus 31 años le sonríe a las
letras y a un mundo lector para hacerlo reflexionar. No sólo con el mensaje de
su libro para la salvación del hombre y su entorno; sino para hacerlo
reflexionar que cuando existen un corazón y una mente sincronizados con el
triunfo, los muros si caen.
Que sigan los éxitos para Rodrigo Ramos Penagos. Muchos
necesitamos de él y de sus letras para seguir manteniendo la esperanza que vivir
es la mejor oportunidad para ser feliz.
Hablar
de la charrería chiapaneca, es hablar de equipos de gran tradición.
Los
hombres de a caballo se forjan en el arenal, en el partidero, en el lienzo
mismo. Pero los grandes charros, esos sólo se ven reflejados con el paso del
tiempo, se consagran.
Y
este es el caso de Jorge Alberto Solís Soto, chiapaneco que ha hecho de este
bello deporte su forma de vida.
Con
más de 20 años en la charrería, Jorge Alberto ha sabido encontrar el camino
para lograr grandes triunfos que le han permitido representar a Chiapas en
competencias nacionales.
San
Marcos fue quizá el equipo que más proyección le dio en el ayer. "Eramos
un grupo compacto, muy bien integrado, en donde cada uno de los que estábamos
ahí sabía que hacer y cuando hacerlo". Así se expresó el único charro que
hoy registra la historia de la charrería como el pentacampeón estatal.
En
este 2015 Jorge Alberto lo volvió a hacer. Nuevamente dejó ver sus habilidades,
conocimientos, experiencia que le llaman.
Con
el equipo "Relicario de Santa Clara" ganó el campeonato estatal
charro, lográndose imponer con los charros que integran a ese equipo a otros de
gran tradición en Chiapas.
La
suerte el no la conoce. Para él lo único que existe es preparación, disciplina
en el entrenar y sobre todo, tenerse mucha fe.
Ayer
alumno del gran charro chiapaneco Silvestre Gómez Pascacio. Así también, aprendió del gran Raúl Flores Dávila, reconocido maestro de
maestros de la charrerría oriundo de Guadalajara.
Hoy,
con el paso del tiempo, Jorge Alberto pasó de ser alumno para convertirse en
maestro charro. Enseñando, apoyando y empujando a todos aquellos que se acercan
a el en búsqueda de un consejo.
Eso
es lo que el ha dejado ver en su caminar por los lienzos en los que ha pasado
con sus caballos el fraile y el califa, quienes a la distancia que marcan los
años, los sigue recordando con el agradecimiento que se le guarda a los amigos
de toda la vida.
Con
ocho campeonatos con el equipo San Marcos de Tuxtla, diez campeonatos como
charro y cinco de ellos de manera consecutiva, hoy se encuentra en la
cúspide.
Por
ello, ha decidido hacer lo que hacen los grandes. Ser, crecer y trascender. Su
primer objetivo fue compartir con su hijo Jorge su experiencia en las lides
charras. Hoy su vástago es un joven charro completo experimentado y con un gran futuro en este deporte. Pero más allá, Solís Soto tiene como su gran proyecto: el formar una escuela de
charros.
Desde
aquí le deseamos la mejor de las suertes a Jorge Alberto Solís Soto.
Que
sean los éxitos los que sigan caracterizando al campeón charro de Chiapas. Y
que sea su escuela la que permita seguir viviendo a manera de legado en las nuevas
generaciones, esas que tanto necesita la charrería chiapaneca.