agosto 24, 2016

Orgullo vs. amor



Autor : Luis Alberto Luna León



En los seres humanos, la reflexión es lo único que nos hace diferente a los animales salvajes. A ellos los domina el impulso. Su esencia. Su reacción es inmediata a algo que les altera su entorno y su vida.


Pero los seres humanos poseemos eso, el pensar, el meditar, el analizar las cosas que nos suceden para poder tomar una decisión, esa que nos permitirá seguir al lado de aquello a lo que amamos.


Pero mi verdad no es la única que vale. Mi opinión es sólo eso, una simple y llana opinión. Porque quizá habrá quien piense lo contrario y sostenga que el ser humano también actúa por impulso.


Y a ellos, a los que piensan eso, yo podría argumentarles que para esos casos, los seres humanos poseemos una virtud más, eso que muchos llaman arrepentimiento pero que pocos conocen, ya que el orgullo los hace sentirse tan poderosos que les nubla la vista a tal grado que todos los detalles y las atenciones que reciben por amor, nunca logran verlas y mucho menos valorarlas.


Pero la vida está sujeta a un destino. O lo forzás o te dejas llevar para ir al encuentro de tu propio destino.


Y es ahí en donde de pronto, la vida misma te ubica en momentos en donde hay que decidir por mantenerte parada con las manos a los costados y firme en tu orgullo, o caminar pequeños pasos para ir al encuentro y seguir abrazada del amor.


Y es entonces cuando yo pienso que ha de ser muy difícil para un ser humano que en su interior luchen el orgullo y el amor.


Y hoy quiero confesar algo. Tengo duda por saber cómo será esa lucha en el interior de la mente y el corazón de ese ser humano. Tengo duda por saber cómo el orgullo y el amor se harán garras, se despedazarán, haciendo añicos todo lo que ha construido el amor por muchos años.


Sobre eso tengo dudas.


Porque de lo que estoy completamente seguro, es que la lucha será como sucede con los gladiadores: ganará el que esté más fuerte matando al que esté más débil.


Orgullo vs. Amor. Y todo se resuelve en horas. Porque para aquel que ama no necesita tiempo para decidir. Toma la decisión de inmediato. Hace a un lado a su propio orgullo para seguir conservando a eso que le da felicidad, para seguir al lado de la persona a la que dice amar.


Y para aquella persona, a esa que la domina el orgullo, tampoco le será necesario mucho tiempo para decidir  que nadie, que absolutamente nadie puede obligarla a nada, que nadie puede controlarla. Que en ella nadie gobierna. Para seguir diciéndole al mundo que es una “fregona”.


Que tristeza. Ojalá esa persona supiera que cuando se ama, nada se siente o se considera como una obligación, ya que cuando se ama se hace todo de una forma tan natural, que hasta pareciera que se nace con ella.


Bien digo que cuando existe amor, éste siempre sale a la luz, lo puedes ver, lo puedes percibir. El amor es el que nunca muere. Pero yo hablo del amor, del verdadero amor.


Y pensar que lo primero que tratamos de ocultar, es lo primero que dejamos ver. 


Orgullo vs. amor. ¿Difícil decisión?








agosto 23, 2016

La vida que va




Autor: Luis Luna León

Uno nunca puede imaginar lo que nos depara el destino.

Y nadie se equivoca. El propio presente es incierto. En menos de 24 horas la vida cambia. Da giros. Se nos estrella en el rostro sin darnos explicaciones.

De pronto nos quedamos ahí, parados, incrédulos. Sin comprender por qué sucedieron las cosas. Unos gritarán, otros sufrirán.

Pero siempre hay que quedarse con la tranquilidad de haber dado todo, de haber entregado todo.

Los mensajes que el ser humano recibe no son gratis, dejan aprendizajes. Así que aprendes la lección al darte cuenta del lugar en el que te pusieron.


Quizá no sea el que tu esperabas, pero siempre hay que agradecer haberte dado cuenta. 

Por eso uno debe seguir caminando, cerrando puertas para no retornar a ese lugar al cual insistes en regresar pero que no te das cuenta cuan mal te hará.

Padrino de Generación. Lic. en Admón de Empresas







No puedo iniciar mi entrada en el blog, sin antes hacer un acto de justicia.

Y este acto de justicia es el agradecimiento sincero a los alumnos de la Licenciatura en Administración de Empresas, por haberme distinguido para ser su Padrino de Generación.

Para un catedrático, esto representa un alto honor, es una enorme distinción. Muchas gracias por ello, muchachos. Me lo guardo en lo más profundo de mi corazón.



Y es que acudir a un evento de este tipo es de mucha trascendencia.

Estar en una ceremonia de graduación, es quizá el acto más importante en la vida de todo universitario.

Representa el ver culminar los sueños, el cerrar un ciclo, llegar a la meta trazada.




El decirle al mundo que si se pudo. Decirle a la vida que si pudieron. Eso es lo que hoy existe en la mente de muchos de ustedes.

Y hoy, comparto la felicidad de cada uno de los egresados. A Ofmang, a Marroquín, a Tania, a Dianaisis, a Arévalo y a Luz mi deseo para que siempre los éxitos sean una constante en su vida laboral.