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Derechos Reservados para Luis Alberto Luna León
Acaban de pasar las elecciones en todo México, las cuales afortunadamente, se desarrollaron en un clima de tranquilidad y completa calma.
Desde muy temprana hora, los mexicanos acudieron a ejercer un derecho y un deber ciudadano. Campañas no formales para NO VOTAR o para anular el voto empezaron a circular en las redes sociales.
“Para que votar, si ya todo está arreglado” era la expresión que caracterizaba a una parte de la población. Un completo desánimo y rechazo hacia lo que ellos consideraban “una elección de estado”.
“Es el candidato del gobernador” “es una farsa” “es un circo” y un sinnúmero de argumentos eran los que muchas personas sacaban como la justificante perfecta para no acudir a votar y lo que es más, invitar a que otros no votaran.
Sin embargo, muchos mexicanos acudieron a la cita electoral. Emitir un sufragio formal, responsable y serio fue lo que se llevó a cabo en las entidades del interior de la república mexicana.
Y lo que se veía como una fecha muy lejana, hoy ya es parte de la historia.
Los números ya están moviéndose en la pizarra de la instancia electoral responsable de recabar las boletas. Papeletas que presentan las firmas de cada uno de los representantes ciudadanos de las casillas así como los representantes de los diferentes partidos que contendieron en esta competencia política.
Cada una de ellas, conteniendo la decisión de un pueblo, legitimada por los propios ciudadanos y computadas bajo los procedimientos formales y legales instrumentados para tal efecto.
Y, curiosamente, los números hablan y lo han hecho de una manera contundente.
Entidades federativas en donde se escuchaba decir “todo está arreglado” “ganará el candidato oficial”, presentan cifras que echa abajo esa teoría.
Oaxaca, estado por años de perfil priísta y con Ulises Ruíz, un gobernador criticado por imponer a su candidato en ese partido político, hoy presenta una amplia desventaja contra Gabino Cué, el candidato de la alianza conformada por la oposición.
Puebla, estado en donde se han manifestado los hechos mas lamentables en la política mexicana a través de su gobernador Mario Marín, y criticado además por imponer a Javier López Zavala como el candidato en el Partido Revolucionario Institucional, hoy es rebasado electoralmente en las cifras que arroja el Programa de Resultados Preliminares por el candidato de la coalición Rafael Moreno Valle.
Veracruz, entidad que fue cuestionada por la supuesta imposición de Miguel Ángel Yunes como el candidato en el Partido Acción Nacional por parte de Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de México, hoy presenta datos nada alentadores por estar por debajo del candidato priísta Javier Duarte.
Sinaloa, de extirpe priísta y también duramente criticada por la imposición del candidato a gobernador por parte del titular del ejecutivo estatal, hoy públicamente Javier Vizcarra, el candidato tricolor, ha salido a reconocer su derrota ante su opositor de la alianza de partidos encabezada por Mario López Valdez.
Zacatecas, de gobierno perredista y que se mencionó sobre la presunta imposición que sobre el candidato Antonio Mejía de la alianza hiciera la gobernadora Amalia García, hoy los números presentan una tendencia a favor del candidato priísta Alonso Reyes.
Los elementos citados, son solo las tendencias. Habrá que revisar los datos oficiales que proporcione el Instituto Federal Electoral al cierre del cómputo general, mismo que se realizará en el transcurso de la presente semana. Pero por el mágen que falta por computar y por las diferencias existentes en los votos, dudo mucho que los números cambien.
Sin embargo, hoy estas cifras nos muestran que nada está arreglado. Que si la ciudadanía acude a las urnas, la probabilidad de fraude es menor en comparación que si no se acude.
Que las boletas electorales no pueden ser usadas a capricho de los partidos políticos.
Que si los ciudadanos nos organizamos y damos cumplimiento a ese derecho de elegir a su gobernante, no importan las imposiciones. Hoy los números nos muestran que todos los partidos políticos, en alguna parte del país, sufrieron descalabros de ilusiones por una simple razón: los ciudadanos acudieron a votar.
Lo que hoy se refleja es que los votos de los mexicanos, en todo el país, fueron contados y contabilizados por los propios mexicanos a través de las casillas electorales.
No me cabe la menor duda: existen mexicanos que creemos que ese deber cívico debe de ser proyectado hacia las futuras generaciones.
Y esto lo comento porque pude observar en la casilla que me corresponde, la alta afluencia de familias que acudieron en compañía de sus hijos a emitir su decisión. Los niños pudieron conocer como se ejerce un voto y para que sirve. Niños que colocaban su dedo pulgar para ser sellados por la tinta electoral.
Tengo la esperanza de que esa cultura permee en ellos y pueda construir mejores escenarios al que hoy gozamos.
Y la tengo porque de los niños que el domingo acudieron a las casillas, saldrán los gobernantes que este país tendrá en años venideros. Que mejor que en la mente de ellos, exista el sentido de la palabra DEMOCRACIA.
Seguro estoy que un hombre puede gobernar a la sociedad de una mejor manera en comparación a aquellos que ni siquiera la conocen o han escuchado de ella.
Considero que nuestro deber es construir mejores generaciones. Que cada uno que aporte lo que a su juicio considere pertinente en beneficio de nosotros mismos.
Los números no mienten y lo demostrado en todo el país es que… no todo está arreglado.
Y no lo digo yo, lo han dejado de manifiesto los propios mexicanos en las entidades federativas antes mencionadas.
Cuando todo el país se de cuenta que su voto es importante, solo hasta en ese momento creo que podremos empezar a hablar de un verdadero cambio. Antes no.
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