Luis Luna León jueves, diciembre 13, 2012 0 comments Todo en oferta Home » Unlabelled » Todo en oferta Siempre he creído que nada es para siempre. Y la naturaleza es mi referente. Hoy observas un paisaje, lo admiras, te absorbes de su esencia, te emocionas y hasta te enamoras de tu pareja con ese paisaje y lo colocas de fondo en la foto del recuerdo. Pero mañana, ese paisaje se ha transformado. Ya es otro. Lo desconoces. Pero todo sigue ahí con diferentes matices. El cielo no se ha ido y las nubes lo acompañan quizá con diferente color. Así sucede con todo. Y por ello, debemos de estar mentalizados para aceptar que los cambios son parte de la vida misma. Que nada es para siempre. Sin embargo, hay que subrayar algo. Todo cambia sin perder su esencia, sin olvidar lo que le da vida por sí mismo. Así pues, los animales crecen sin perder su instinto. Las flores crecen y hasta mueren sin dejar de ser flores. Muchos dicen que los felinos en su último suspiro sacan sus garras. Que la avispa muere con el aguijón de fuera y con la gota de veneno en su punta. Que el zorrillo muere expulsando su pestilente líquido y hasta los alacranes moribundos mueven la cola intentando picar hasta la llegada de su último aliento. Nadie cambia. Todo se lleva hasta el final. Lo que te forma y te distingue muere contigo. Pero el ser humano es punto y aparte. Todos cambian. Ponen sus principios en una mochila ligera por si hay que dejarla botada en el camino. Enojo, tristeza o decepción. Sentimientos que nos afloran cuando vemos una persona cercana a nosotros y nos deja ver que ha cambiado de piel, como las víboras. Hoy estoy observando como en los procesos de cambio, ya sea laboral o profesional, algunos ponen en oferta a sus principios para colocarlos en el aparador al alcance de cualquier postor. Quien pague más se los lleva. Y con las manos metafóricamente atadas seguiré aquí, como simple espectador de cuantos son los que nos guardamos nuestros principios y valores, alejándonos del grupo que ha decidido poner en oferta su propia esencia, dejando ver que solo bastó el abanicar de unos billetes en la cara para intercambiar a sus principios por una plaza laboral. Y pensar que al final, los menos son los más. Share This To : Facebook Twitter Google+ StumbleUpon Digg Delicious LinkedIn Reddit Technorati
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