septiembre 19, 2014

Jurado en el Concurso de Oratoria "Eco Revolucionario"





Por: Luis Alberto Luna León


Tuve la oportunidad de ser parte del jurado calificador del Concurso de Oratoria que convocara el Partido Revolucionario Institucional a través del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político ICADEP en Chiapas.

Fue un encuentro emotivo, aleccionador y de mucha motivación para todos los que fuimos testigos del gran talento que hay en los oradores chiapanecos.

Los ganadores del evento fueron absolutamente todos. Sin embargo, Ángel Herrera Águila fue el participante que registró el mayor de los puntajes.

En ese evento, tuve la oportunidad de coincidir con grandes amigos de la oratoria, como lo el Mtro Marco Antonio Martinez, persona con la que en el ayer, también participamos en justas de la palabra siendo apenas unos adolescentes.

Un gusto poder saludar al Mtro. Carlos Aquino López, Orador y miembro del ICADEP Nacional así como de mi buen amigo Carlos Parada Seer, Presidente del ICADEP en Chiapas.

Sin embargo, algo en lo que fijé mi atención, es que frente a mi estaba la nueva generación de oradores chiapanecos. Ángel Herrera Águila, Jose Juan Gil, Amadeo Hernández Silvano y Edgar Adrián Amador Navarro, son sólo algunos ejemplos de ello.




Un concurso que estuvo barnizado por la amistad, la sana competencia, la cultura pero sobre todo, por la identidad que nos da la oratoria en Chiapas.

Les comparto las palabras que me permitieran dar a los participantes del encuentro.







septiembre 18, 2014

Homenaje al Maestro Julio Gordillo Utrilla


Por: Luis Alberto Luna León

Tuve la oportunidad de estar en el homenaje que le hicieran a un gran chiapaneco, a un gran músico. En ese orden.

Julio Gordillo es quizá alguien que formará parte del referente de maestros de música en Chiapas.

Pero no refiero a los maestros de aula. Hablo de los maestros de vida, de los que inspiran a seguir un camino para hacer de ellos un solo destino.

Porque a pesar de no contar con ese espacio, la “escuela” del Maestro Julio Gordillo ha llegado a muchas partes del mundo. “Yo me encuentro lleno de felicidad por ver triunfar a mis muchachos”, argumentó sin saber que ellos han triunfado gracias a lo que musicalmente él puso en los corazones de ellos siendo niños, esos que hoy son grandes artistas chiapanecos.

Muchos son los hombres y mujeres que tienen a sus enseñanzas como parte de su vida musical. Gracias a lo que ese hombre les enseñó en el ayer, hoy ellos están viviendo el ahora de una manera exitosa.

Compartir la experiencia, entregar lo que se sabe, caminar sin egoísmo, sin vanidades, y con mucho corazón es lo que caracterizan a las grandes almas. Y el Maestro Julio César Gordillo Utrilla es un ejemplo de ello.

Muchas gracias a Rocío Sibaja, alumna del maestro Julio por permitirme formar parte de los que rindiéramos tributo a su trayectoria en la Sala Carlos Olmos del Coneculta en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Felicidades, maestro. Y que sigan sus éxitos. Que Dios los bendiga.






septiembre 17, 2014

Los jóvenes hablan



Por: Luis Alberto Luna León

La oratoria me apasiona. Me hace sentir vivo. Es quizá una de mis más grandes satisfacciones. 

Y no sólo practicarla. Y no sólo impartirla como cátedra. La oratoria es algo que me nutre aún más cuando la disfruto en voz de un tercero. Escuchar a un orador hacer uso de una tribuna para expresar sus ideas es una escuela para mí. 

Y no importa si es un orador en ciernes. Reconozco el valor y la osadía para hablar en público. Con ese punto inicia mi disfrute por la oratoria.

Y mi interés en ello, me ha permitido participar como jurado en diversos certámenes de oratoria. Uno de ellos fue el que organizó la Fundación Azteca en Chiapas.

Ahí, y teniendo como sede el Centro Cultural Jaime Sabines en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; pude ser testigo de como la juventud de mi Estado se está preparando en la oratoria hasta hacer de ella su principal sello personal y profesional.

Compartiendo la mesa que integraba el jurado calificador con grandes amigos chiapanecos, pero sobre todo, con grandes exponentes y referentes de la oratoria en Chiapas conviví con Guadalupe Ruíz Coutiño, Carlos Montesinos Kramsky, Edgar Adrián Amador Navarro y Alexander Domínguez Espinosa.

Aben Amar Rabanales Guzmán fue el que obtuvo el primer lugar. La arqueología chiapaneca fue el tema con el que se ganó no solo el voto del jurado, sino que además, el reconocimiento de todos los que estabamos ahí, observantes de la gran capacidad que en ese chiapaneco existe.



Julio Ornelas Lláven. Entrenando para vivir.



Por: Luis Alberto Luna León

Julio César Ornelas Lláven es un joven de 28 años. Nacido en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez  bajo la figura materna y siempre teniéndola como su ejemplo a seguir por el tesón para vivir la vida.

Decidió cursar sus estudios y con la preparatoria terminada fue en búsqueda del sueño americano. La travesía fue dura y sinuosa. Cruzar de manera ilegal la frontera norte del país es vida o muerte.

Nadie iba a pensar que el deporte llegaría a su vida en ese territorio. Las artes marciales mixtas fueron las que lo proyectaron a lo que hoy es su mundo, su todo.

“El bulldog” es su nombre de pelea y así inició en los Estados Unidos a subir a “la jaula” como se le conoce al ring con forma de octágono. Despúes de arduos entrenamientos logró alcanzar ganar dos campeonatos en Harrisonburg, en el Estado de Virginia.

Hoy Julio Ornelas vive en Chiapas. Desde hace más de 4 años se encuentra al frente de una Escuela de Artes Marciales Mixtas. Inició en un parque cercano a su casa. Sus primeros alumnos fueron “chavos banda”. Nadie le apostaba a tener éxito. Hoy sus alumnos han logrado ser campeones en esa difícil disciplina deportiva.

“Sacarlos de las adicciones es mi meta. Y me respetan porque saben que sé pelear. Ellos así respetan al líder de la banda, pero yo aprovecho eso para hacer de ellos jóvenes sanos y a darles motivos para vivir honradamente”

Estas fueron las palabras que el “bulldog” Ornelas nos compartió en la cabina de Reflejos Péndulo Radio. Y se hizo acompañar de Álan Gómez Ángel, joven que en el ayer formó parte de las “barrios” en los Estados Unidos y que al regresar a Chiapas conoció a Julio Ornelas para convertirse hoy en un deportista, alejado de las drogas y del alcohol.

Hoy su escuela ya no es en la cancha del parque de la colonia. Hoy ya tiene forma. Y a ella acuden no solo esos jóvenes “becados” por Julio,  esos que no tienen un peso para pagar su mensualidad. Hoy ya muchos jóvenes forman parte de esa gran familia deportista.

Sin duda alguna el inculcar un deporte es de reconocerse. Pero ir en búsqueda de esa juventud que ha perdido la brújula de vida para ofrecerles una segunda oportunidad para reencauzar su caminar hacia un destino sano y honesto, es también de un alto mérito. Y eso es lo que hace Julio Ornelas.

Y no le ha importado haber alcanzado más campeonatos en ésta disciplina deportiva. El sigue trabajando como el primer día. Con la sencillez que te da la madurez.

De estas acciones y del cómo lo ha logrado, conversamos con este chiapaneco. Ojalá la entrevista sea de su completo interés.


septiembre 10, 2014

Hay mujeres que están mentalizadas a caminar sobre espinas y sonreír.


Por: Luis Alberto Luna León

Hay mujeres que están mentalizadas a caminar sobre espinas y sonreír. Viven sonriendo. Y lo hacen de manera natural, espontánea.

Van por la vida con éxitos. Y lo logran hacer de tal forma que no les da miedo gritarlo. Le escupen a la envidia que les rodea cada vez que pueden. Y lo hacen de manera inconsciente. Sin darse cuenta. Sólo sonríen.

Yo recuerdo que siempre la veía. Era para buscar su mirada. Las fotografías eran sus más íntimas aliadas. No importase como fuera, ella siempre era bella.

Con una cabellera negra y con ojos de ventana. Tan grandes que se podía observar a su alma. De sonrisa nacarada y de piel apiñonada. Así la recuerdo y curiosamente, así continúa siendo.

Mujer, profesionista, responsable. Amante del cine y de la música. Que disfruta a Bon Jovi, a Bublé igual que a Sabina. Que toma un mojito, un mate o un buen tequila.  

Con el carácter tan amable que las puertas siempre estaban de par en par para ella. Transpiraba simpatía.

He de confesar que en la universidad tuve un maestro que se empeñaba en que yo aprendiera a leer en el alma. Me decía que ahí está el verdadero yo de los seres humanos. Siempre lo intentó y lo intentó. Y creo que al final mi maestro fracasó. A lo único que pude llegar es aprender a observar. Y con esa enseñanza, la observaba a ella.

Y estando sentado en la banqueta de la vida, observándola, pude darme cuenta de muchas cosas. Cosas que hoy no logro comprender.

No logro comprender porque ella camina sola. No logro entender porqué a pesar de vivir rodeada de alegría, al llegar la noche ella se recuesta en la cama y se duerme con la soledad. Y antes de conciliar el sueño, platica con ella.

No logro comprender porque ella prefiere estar así, sola, encaminando sus pies descalzos sobre la arena sin huellas que vayan a su lado.

Porque con una mujer así ¿qué importa si nos atasen de manos y nos hagan ir con los ojos vendados? Estar a su lado es tener siempre una tregua de paz con su esencia.  Es disfrutar de su aroma. Respirarlo.

Busqué elementos para ubicar sus defectos. Les lancé guiños buscándolos y jamás logré encontrarlos. Sus defectos estaban tan amaestrados que solo ella podía demostrarlos.

O quizá es la admiración con la que yo la observaba. O será acaso la brillantez de su mirada la que opaca cualquier obscuridad en su alma.

Pude darme cuenta que habían inviernos en su mirada tan fríos que hacían que se congelara su propia alma.

Pero curiosamente, nadie lo observa. Sólo yo.

Porque para los demás ella es alegría y elegancia. Es rostro y cuerpo.

Pero el paisaje que tengo frente a mi es diferente. Yo en ella veo sentimientos, alma, emociones, pero también recelos.

Veo desesperación por encontrar el amor, pero ese amor que acompaña en las malas, que abraza en la desesperanza y no sólo en la cama.

O quizá no sea desesperación. Quizá es anhelo por encontrar a alguien con quien emprender una misma ruta y un mismo destino.

Pero también veo miedo. Ese miedo de entregar lo más preciado que tiene la mujer al primero que endosa estrellas en el firmamento.

Es miedo por casarse con un ángel para después divorciarse de un demonio. Es temor a darle como padre de sus hijos a un miserable, a un ser despreciable que los abandonará en el mal de los 7 años de casados o cuando le entre su “segundo aire” al cumplir los 40 , los 43, los 45, los 47 o los 50 años. Da igual. El hombre siempre presume estar renovado como un trofeo para su ego. Que gran estupidez.

Sí, eso observo en ella. Y aunque muchos son los que han ido a tocar su puerta, ella se niega a dejar pasar a cualquiera.

Y es que sólo una mujer sabe lo que vale. Sólo la propia mujer conoce el sentimiento que genera el que te arrojen al abismo del olvido. Sólo quien ha sido juguete sabe lo que duelen escuchar las risas del que acciona al equipo aplastando el botón de “play” a su antojo, a su libre albedrío.

Miedo por entregarse a un hombre que haga a la rutina la principal protagonista de su vida sentimental.

Y quizá sea eso lo que haga que ella se prefiera sola. O tal vez por eso Benedetti tenga razón cuando decía…”Así estamos, cada uno en su orilla, sin odiarnos, sin amarnos, ajenos”


Hay mujeres que están mentalizadas a caminar sobre espinas y sonreír

Y así van caminando por la vida, con ilusiones vivas y otras rotas, pidiéndole a la lluvia que abrace al amor en su nombre, sabedoras de que la felicidad no depende de nadie, sólo de ellas; y que no hay prisa por encontrar a quién pueda valorar el inmenso amor que habita hasta en su médula. 

Y si esto no pasa, no hay problema. Ellas seguirán así, disfrutando su felicidad y sonriendo.



septiembre 05, 2014

María de Jesús Pérez Zavaleta. Ángeles pro cáncer de seno.


Por: Luis Alberto Luna León

María de Jesús Pérez Zavaleta está uniendo esfuerzos en beneficio de la salud de la mujer. Una amarga experiencia para aquellas que lo han padecido. Algunas, como es el caso de María de Jesús, han logrado salir adelante con el dolor en el cuerpo y en el corazón. Otras, han fenecido en el camino.

Esto ha sido motivo para tomarse de las manos con otras mujeres en igualdad de condiciones. El cáncer de seno es, hoy por hoy, el factor que ha disparado la muerte en la mujer.  La autoexploración es el punto que marca la diferencia entre la vida y la muerte. Y esto lo sabe nuestra invitada.

Con lujo de detalles, acudió a la cabina de Reflejos y nos comentó sobre los momentos en los que le dieron a conocer la noticia, sus miedos y del panorama gris que de pronto se puso frente a ella. “Tengo cáncer” es tal vez la frase que el cerebro nunca quisiera reconocer y mucho menos aceptar como una realidad.

“Todo pasa en un instante. Todo puede estar a tiempo a través de la autoexploración, pero no nos la hacemos” nos manifestó quién lleva doce años luchando como una verdadera guerrera.

Y es que la autoexploración es una práctica en desuso por la mujer en México. Al menos eso nos dicen las estadísticas. Y las mamografías, aún y cuando son las herramientas más útiles para encontrar bultos sospechosos en los pechos, no son realizadas por el género femenino.

Hoy María de Jesús se encuentra promoviendo de una manera responsable diferentes apoyos para aquellas mujeres que como ella, han sufrido los embates de ese terrible mal.

“Ángeles, Pro Cáncer de Seno” es una Fundación que está próxima a ver la luz de manera legal, pero que como organización social ya se encuentra caminando y tendiendo la mano con apoyo sicológico, orientación médica, asesorías y actividades diversas no solo con las mujeres víctimas del cáncer, sino también con los familiares de éstas.

De ello y de los programas que se encuentran próximos a realizar conversamos en la emisión de Reflejos Péndulo Radio.

Espero que la entrevista sea de su completo agrado y que la  información sea de utilidad para ese sector de la sociedad que lucha día a día para vencer a la enfermedad más invasiva que puede sufrir el ser humano.

Aquí la entrevista completa :






septiembre 04, 2014

Plática "La juventud y su papel en el mundo laboral"




Por: Luis Alberto Luna León

Conversar con los jóvenes es quizá, una actividad que me ha dado grandes satisfacciones.

Conocer su realidad me hace remontar a mi ayer. A ubicarme en lugar y tiempo. A verme en ellos. Y por tanto, a identificar que la realidad que viven no ha cambiado en comparación con la que yo viví.

Dudas, incertidumbre pero también esperanzas son las que existe en el joven que se encuentra terminando un bachillerato.

Elegir la carrera profesional que les permitirá lograr sus anhelos es una de las grandes disyuntivas a la que se enfrenta el preparatoriano.

Compartiendo estas inquietudes, el Instituto Andes de Tuxtla realizó una Semana Cultural y dentro de las actividades que programaron, ubicaron una plática con sus estudiantes. Y a ella me invitaron y a ella acudí gustoso.


Con lujo de detalles les hablé sobre mi carrera profesional. La Administración es mi pasión y con ella les compartí mi experiencia sobre los problemas a los que me he enfrentado y la manera en la que yo visualizo el mundo laboral.

Fue un encuentro de amigos. Y bajo ese panorama finalizamos con preguntas y respuestas, en donde expresaron de todo: desde su sentir hacia el gobierno como también su preocupación por la sociedad.

Ojalá que encuentren la ruta a seguir. En el evento ambos dimos lo que nos corresponde: yo con mi aporte sobre mi carrera profesional y ellos, con sus inmensos deseos por alcanzar sus metas.

Nada me dará más gusto que verlos triunfar.




José Luis Constantino y las redes sociales


Por: Luis Alberto Luna León


El mundo virtual es complejo. Un mundo en donde todo es permitido. Desde promover hasta corromper. Desde difundir hasta destruir. Desde socializar hasta denostar. Cada quién haciendo lo que sus bases morales y sus principios éticos les dictan.

Y es en este renglón en donde los expertos en las redes virtuales hacen su presencia como la estrategia empresarial que marque el rumbo que tanto se busca.

Por esta razón invitamos a la cabina de Reflejos Péndulo Radio a José Luis Constantino, diseñador gráfico de profesión, amplio publirrelacionista y comunicólogo por convicción; para que compartiera con nuestro auditorio su experiencia de más de 12 años en los medios de comunicación.

Con lujo de detalles, Pepe Constantino nos habló sobre lo necesario que es el contar con las redes sociales y con las plataformas tecnológicas para promover información en el mundo virtual.

Con su estilo personal, el también miembro del Colegio de Consultores Chiapanecos nos hizo énfasis en los errores más comunes en los que se incurren en el momento hacer uso de las redes sociales, impidiendo con ello alcanzar el objetivo planteado.


Sus logros, sus conocimientos y hasta su familia fueron los temas que abordamos en una entrevista que esperamos sea de su completo agrado.

Aquí la entrevista:




Plática "La lectura, un valor perdido"



Por: Luis Alberto Luna León

Coincidir en la visión social es muy difícil en estos días. Muchos se cierran a expresar lo que opinan de la vida y se bloquean para reconocer lo que le hace falta a nuestra sociedad.

Sin embargo, no todo está perdido en eso de las coincidencias. La escritora chiapaneca Rocío Susana Zúñiga Díaz de manera conjunta con la Asociación de escritores y poetas de Chiapas llevaron a cabo un importante evento en la capital del Estado.



Las actividades de la 1a. Feria Municipal del Libro de la Primavera fueron el marco perfecto para que pudiéramos coincidir en un tema que me preocupa, y me refiero a la lectura.

Por tal razón, me invitaron a impartir la Plática "La Lectura, un valor perdido".  El Foro Descartes fue la sede en donde juntos conversamos sobre la importancia de rescatar ese noble hábito que hoy nos haría una mejor sociedad.




Bastet La Pantera, seudónimo con el que se firma la poeta chiapaneca, me hizo el favor de realizar los comentarios protocolarios del evento. A ella mi agradecimiento por la invitación, pero sobre todo, por la amistad brindada.






Homenaje a Alexander Dominguez Mendoza



Por: Luis Alberto Luna León

No hay cosa que más me emocione que reconocer el trabajo y la dedicación de un ser humano en vida. Por esta razón, acudí al llamado que me hicieran para rendir tributo a la trayectoria de Alexander Domínguez Mendoza.

Tuve la oportunidad de conocerlo cuando, en mi adolescencia, yo participaba en los concursos de oratoria. 

Infinidad de ocasiones él fue parte del jurado que evaluaba el desempeño retórico de quienes nos atrevíamos a buscar el anhelado campeonato. Duro, analítico, tajante en sus apreciaciones pero justo. Esas fueron las aristas que caracterizaban su actuar como calificador.

Primero mi jurado, después mi amigo. Hoy ese sentimiento ha llegado a la hermandad, esa que es entrelazada por algo tan fuerte como lo es la oratoria.

Por ello, no dudé un solo momento en hacer uso de la tribuna en su homenaje, el cual fue realizado por el Gobierno del Estado de Chiapas a través del Coneculta por 25 años de trabajo impulsando a la poesía, literatura, oratoria y a la comunicación.

Y mi mensaje no podía ir en otro sentido. Enaltecer el gran aporte que ha dado a la oratoria en Chiapas.

Felicidades, estimado hermano. Que sigan tus éxitos y tus triunfos. Que tu carrera siga siendo como hasta hoy, humana y con alto sentido de responsabilidad para con aquellos que vemos en ti un gran ejemplo a seguir.


Bendiciones por siempre.












septiembre 02, 2014

Cuento 5. La mirada de Blanca



Por: Luis Alberto Luna León


Todas las mujeres cuando se casan lo hacen enamoradas. Y al enamorarse, los ojos del cuerpo no son los únicos con los que una mujer ve, observa y analiza a su pareja. Una mujer enamorada también ve con los ojos del alma.

Para Blanca apoyar a su esposo Odiseo era una dicha inmensa. Dicen que “de la vista nace el amor” y esta relación no fue la excepción. La manera de vestir de Odiseo, su manera de hablar y lo divertido que era con ella fueron solo algunas de las cosas de las que se enamoró.

Blanca trabajaba en una empresa que se dedicaba a vender subsistencias populares cuando lo conoció. Era secretaria taquimecanógrafa. Pero su capacidad intelectual rebasaba al título que le expidió la Academia de Comercio “Emilio Rabasa”. Poseía un amplio espectro de la administración.

Ella era de tez clara, con ojos grandes de color obscuro y de cabello lacio y negro. Hija de una familia numerosa. Cuentan que en su juventud jugó basquetbol y llegó a representar a su pueblo en muchas competencias deportivas de gran trascendencia.

Sin embargo, también conoció las carencias desde muy niña. Y esto era algo que compartían con Odiseo. Pero había unas más profundas, como lo es el no haber crecido con su padre.

Los padres de Blanca se conocieron en una colonia aledaña al Valle de las Flores. Cuenta la gente que el papá de Blanca iba a recoger tejas en su carreta y todos los días tenía que pasar frente al rancho de Linda, la mamá de Blanca.

Muchos dicen que Linda lo enamoró con la mirada. Otros dicen que Gildardo enamoraba con su sola presencia. Alto, robusto, con un porte aristocrático, de brazos firmes por el trabajo de rancho. Así era como se le veía montado en su caballo.

No obstante, a los 29 años de edad, ese hombre de caminar firme y de rostro varonil murió sin explicación alguna. Y detrás de esa muerte quedaron cinco hijos pequeños sin poder convivir con él, sin saber lo que es crecer con la presencia de la figura paterna.

A Gildardo lo enterraron en el cementerio de la finca a donde pertenecía el rancho. Linda siempre sospechó que fue un “mal puesto” el que cortó con la vida de ese hombre. O quizá haya sido un paro cardíaco. Y como en el pasado no les practicaban la necropsia a los difuntos, la habladuría de la gente prevalecía por siempre.

La muerte de su padre fue un golpe demasiado duro para Blanca. Cuentan que de niña acostumbraba salir a esperarlo. Al punto de las doce del día, corría hacia la tranca de la entrada del rancho. Se paraba siempre viendo al horizonte y con la mirada fija en el infinito. Y aguardaba en silencio.

El sol quemaba su cabeza. Los rayos de luz caían como dagas en su cabello. Pero a Blanca eso no le importaba. La ilusión de una hija por ver a su padre es tan grande, que solo de niños se puede entender ese sentimiento. Con el paso del tiempo los seres humanos nos volvemos fríos y olvidamos esa emoción.

Y ahí se quedaba, de pie. A veces buscaba una piedra plana entre los arbustos que estaban al lado de la tranca y se sentaba a continuar con la espera.

Con su quijada recargada en la palma de sus manos y los codos en sus rodillas, aguardaba. Tenia la mirada fija en ese horizonte que escondía lo más grande que posee una hija. La imagen de su padre.

Y ese día tuvo suerte. A lo lejos, Blanca notó que una mancha obscura iba tomando una forma cada vez más grande. El corazón empezó a palpitar más fuerte y sus manos empezaron a sudar.

Poco a poco su cuerpo se fue inundando con una sensación de desesperación. Se incorporó. Y la mancha se estaba haciendo cada vez más grande ante sus ojos, pero ahora, se hacía acompañar por el sonido que se generaba con el chocar de los cascos de las patas del caballo con la tierra. Era un sonido hueco, pero que a ella, le llenaba el corazón.

-Papá, papito –empezó a gritar al tiempo que corría a su encuentro.

Y en efecto. Ahí estaba. El ídolo, el dios, el padre, estaba ante sus ojos.

Su papá jaló de la rienda para detener su marcha y descendió del caballo. El sudor bañaba su frente y su rostro. Se quitó el sombrero. Tomó a Blanca de las axilas y la levantó para abrazarla. Emocionado. Y el amor marcaba ese momento.

Para Gildardo, el que su hija lo esperara era algo que le calaba. De sus hijos Blanca era la más cariñosa con él. Por eso él se doblaba a lo que le pidiera su hija. Y no había más gusto para Blanca que su padre la sentara en sus hombros y así, con ella arriba de él y con los pies de ella rebotando en su pecho, caminaban rumbo al casco del rancho. Les aguardaba un vaso con agua de limón y tacos de pollo con tortilla recién hecha.

Son pocos los recuerdos que Blanca tiene de su padre. Era muy pequeña cuando el falleció. Pero esas imágenes en especial, es algo que la han acompañado durante toda su vida. Ella fue creciendo solo con la guía de su madre, igual que Odiseo.

Por esa razón, para ella no fue problema el vivir con la mamá y la hermana de Odiseo cuando se casaron. Doña Mariana y Lucía se mudaron a la casa conyugal.

Además, Blanca era de las mujeres que crecieron con la idea de que el matrimonio es para toda la vida y obedeciendo lo que dijera el marido. Con tal de que Odiseo estuviese contento, no importase compartir techo, mesa y tiempos con la familia de él. Para Blanca la felicidad de su marido era lo principal. No había más.

Nadie imaginaría que ellas serían las principales testigos de su dura vida matrimonial, esa que estaba por iniciar.

Cuento 6. La esperanza


Cuento 2. La aventura
Cuento 4. La sangre de Odiseo