junio 30, 2014

Lucía Camacho y Mayelhi Villatoro. De la escuela a la empresa

La vida académica tiene retos y problemas. Todo depende de la visión que tenga el alumno o alumna ante los requerimientos que tengan las diferentes materias de la carrera profesional.

Temas, proyectos y documentos son una constante en el actuar del joven universitario. Cubrirlos y acreditar la materia es quizá lo que busca todo estudiante.

Sin embargo, hay alumnos que ven mucho más allá al elaborar un trabajo escolar.

Por ello, cuando existen jóvenes que emprenden un caminar empresarial partiendo de una simple tarea de escuela, justo es reconocerlo. Y el programa Reflejos Péndulo Radio está siempre presto para ello.

Este es el caso de Lucía Camacho y de Mayelhi Villatoro. Mujeres chiapanecas que en su vida universitaria elaboraron un proyecto empresarial como una exigencia académica, una tarea más, pero que lo integraron con tanta decisión e investigación, que creyeron en él para convertirlos en una realidad empresarial.

Puntuales a la cita, y sin falsas modestias, acudieron a la cita para la entrevista las dos jóvenes que hoy se abren paso en la difícil carrera empresarial.

Lucía Viridiana Camacho Muñoz es egresada de la Licenciatura en Mercadotecnia y Publicidad. Su empresa va enfocada al mundo de la gastronomía. Hoy ya es una empresaria consumada que tiene proyectos a corto, mediano y largo plazo.  En la conversación en la cabina de radio recuerda que cuando inició con la empresa, ella misma se encargaba de la limpieza de las instalaciones. Hoy ya cuenta con personal contratado no solo para eso, sino además, para su propia administración.



Por su parte, Mayelhi Villatoro Meza es egresada de la Licenciatura en Diseño de Modas y en ese mundo empresarial decidió incursionar. Teniendo como oficina a las redes sociales, su empresa se ha logrado posicionar de tal forma que ya se encuentra buscando nuevos mecanismos virtuales para potencializarla aún más. Pasarelas, sesiones de fotografías, modelaje. Todo ello con ropa que lleva su propio estilo, ese que hoy ya la distingue en el mundo del internet y del corte, el diseño y la confección.


En el ayer las dos integraron un documento engargolado con datos, cifras y proyecciones. Eran empresas construidas en papel pero que cobraba forma en sus más profundos sueños.

Hoy, las dos tienen una empresa consolidada. Generando ingresos y fuentes de empleos. Pero lo más importante, gritando al mundo universitario que cuando tienes fe en lo que haces todo se puede lograr.


Aquí la entrevista completa. Ojalá les sea de su completo agrado.




Y aquí les dejo la invitación para que nos acompañen el próximo lunes a las 7 de la noche a través de www.pendulodechiapas.com.mx 




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junio 20, 2014

René Solís Navarro. Un mensaje a tiempo


Hoy en día la educación es algo que preocupa a todos por igual. Los jóvenes son quizá el factor que más inquieta, debido  a que es en esa etapa cuando sufren transformaciones emocionales, biológicas y hasta sociales.

Las escuelas de nivel bachillerato son hoy el espacio académico en donde más se hacen presentes los efectos de dichos cambios.

Deserciones, bajo rendimiento, ausentismo -por citar algunos- son claros ejemplos de las diversas manifestaciones de esos cambios.

Y es aquí en donde los padres de familia sufren por ver como el proyecto académico idealizado para sus hijos se desmorona cual castillo de arena. Los esfuerzos por estar al pendiente del desempeño escolar son insuficientes por parte de los padres para con los bachilleres o preparatorianos.

Padre y madre que laboran por igual. Poco tiempo de convivencia. Pocas reuniones convocadas por las escuelas y poco espacio para ir a preguntar por el desempeño de sus hijos. Eso caracteriza a los padres de familia con hijos en nivel medio superior.

Por esta razón, un grupo de ingenieros chiapanecos se dieron a la tarea de implementar una plataforma tecnológica que permita superar esta dura travesía en el monitoreo de los preparatorianos.

“Un mensaje a tiempo” es una plataforma en línea que sirve de vinculación entre los maestros y padres de familia para conocer las actividades e incidencias que presenta su hijo dentro de una institución educativa.

De fácil uso, “Un mensaje a tiempo” es un esquema que permite fluir la comunicación mediante un sistema de mensajes de texto en donde la escuela podrá reportar las incidencias que presente un alumno, tales como la asistencia, la actitud académica, el desempeño en el aula, la disciplina, entre otras cosas más.

Directamente el padre de familia recibirá en su teléfono móvil el reporte de la escuela, ya sea aquel relacionado directamente con el alumno y/o aquel mensaje relacionado con la institución.

 “Los beneficios que ofrece UN MENSAJE A TIEMPO son disminuir el ausentismo, mejorar el rendimiento escolar, mejorar la conducta del alumno, generar la comunicación en tiempo real y reducir la deserción. Pero sobre todo, el que los padres sepan verdaderamente que hacen sus hijos dentro de las escuelas”, señaló en la entrevista René Solís Navarro, uno de los creadores.

De todo esto y de muchas cosas más platicamos en la cabina de radio con el Ingeniero Solís Navarro, quien se encuentra difundiendo las virtudes que ésta plataforma ofrece a todas las escuelas, padres de familia y alumnos a nivel bachillerato o preparatoria.

Aquí la entrevista completa. Ojalá les sea de su completo agrado







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junio 19, 2014

Equipos de trabajo. Necesidad de equilibrio.





Derechos reservados para Luis Alberto Luna León


Mucho se ha escrito acerca de los equipos de trabajo. De su importancia y su necesidad en las organizaciones. Porque de lo bien estructurados que estén dependen los éxitos y los fracasos de las empresas públicas o privadas.

Yo, en lo personal, comulgo con ello. Soy un férreo “muchacho caprichoso” –por usar una analogía- de que así debe de ser.

Y también se ha escrito sobre lo que los trabajadores necesitan de la persona que se encuentra al frente del equipo. Del responsable de firmar las hojas de resultados, esa que es presentada ante el mayor directivo, ante el gran jefe.

Y el nombre asignado a ese responsable, a ese firmante, dependerá del grado de compromiso y de coparticipación que él tenga para con el grupo. Puede ser un jefe o un líder. Eso también queda de análisis para quien lee este escrito.

Yo estoy convencido que los empleados necesitan a alguien que les guíe, que les acompañe en su actuar laboral, que se ponga en sus zapatos para poder comprender el porqué el suelo está telúrico o bien, porqué se está hundiendo.

Y los integrantes de un grupo de trabajo necesitarán que “él" esté ahí. A su lado. Tendiendo la mano para sacarlos del atolladero y salir avantes en el cumplimiento de la tarea que corresponde al área.

Los empleados necesitan de un apoyo técnico y porqué no, hasta moral para cada uno de los integrantes de la organización. Necesitarán que “él” (líder o jefe) les reconozca su trabajo o, en el peor de los casos, les enseñe mecanismos de seguimiento y control para trabajar de una manera más organizada y más eficiente identificando siempre sus talentos y capacidades.

Sin embargo, aún a pesar de lo mucho que se ha hablado del papel del responsable de un grupo, ya sea líder o jefe, hoy quiero centrar en aquello en lo que poco se ha escrito.

¿Qué espera un líder o un jefe de los integrantes del equipo? ¿Qué se espera del recurso humano?

Muchos podrían opinar que la respuesta es obvia. Que todo mundo la sabe.

Sin embargo, aún y cuando muchos dirían que es lógica la respuesta, pocos son los que la llevan a cabo en la realidad laboral.

De los integrantes de un equipo se espera que siempre estén proponiendo mejoras a su trabajo, que no tengan mentalidad de simples capturistas de información. 

Que revisen su actuar para identificar mejoras en su desempeño. Que no esperen a que les llamen para rendir resultados. Que manejen un cronograma de actividades, que cuando lleguen a la oficina sepan que hacer y no estar atentos a la dirección del aire para saber hacia donde irán ese día en su trabajar cotidiano.

Que así como reciben el apoyo cuando lo requieren, estén dispuestos a dar cuando se les necesita. En la recíproca medida. Porque creo que no es justo extender la mano para recibir apoyo y quitarla para cuando se les requiere.

Cuánta razón tiene Michael Porter -norteamericano considerado como una autoridad global en temas de estrategia de empresa- cuando señala que la ventaja no solo deviene de una reorganización de las actividades que integran un proceso, sino del caudal de entrenamiento, formación y experiencia disponible en la organización. La adaptabilidad a los cambios y el compromiso de los empleados para con su actividad son otros de los beneficios de la ventaja competitiva.

Ojalá que los líderes y los jefes se den cuenta de ello para hacer de las organizaciones las más productivas y estimular las capacidades de los miembros del equipo. 

Y ojalá que los trabajadores también se den cuenta de ello, para que con el tiempo se vuelvan verdaderamente competitivos y dejen de ser simples oficinistas.


Al final, la formación se quedará en el recurso humano para hacerlos brillar y serán las llaves que les permitirán accesar a los espacios directivos y mantenerse en ellos. ¿O no?




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junio 12, 2014

Cuando el actuar se resume en un gráfico


Comparto este gráfico pensando en mis alumnos. Si todos los que nos dedicamos a la docencia reflexionáramos en ésto frente a grupo, todo cambiaría. Si todos los alumnos buscaran ésto, todo cambiaría. 

Pero bueno, ese es mi sueño. Desconozco si ese también sea el sueño de todos. Y mientras la respuesta llega, hago lo mío y a seguir caminando. 






Derechos Reservados para Luis Alberto Luna León


junio 10, 2014

Padrino de generación. Maestría en Administración Pública.


Fue en Domingo. Acudimos a la ceremonia de graduación de los que hasta hace poco tiempo tuve la oportunidad de tener como mis alumnos en una materia.

Sin conocer a nadie cumplí con la formalidad de la presentación de la primera clase. Y ese fue el inicio de una gran travesía, de un gran aprendizaje.


Me habían asignado una materia dentro del programa de estudios de la Maestría en Administración Pública. Y frente a mi estaban los alumnos, pero también los profesionistas. 

Muchos de ellos en el sector público a nivel directivo y otros, en camino hacia ese nivel. Con basta experiencia en el ámbito en el que se desempeñan.

Fueron muchas anécdotas académicas las que matizaron las clases que tuve con ellos. Pero he de sincerarme: aprendí de ellos. Y me refiero a su fortaleza interna.

Porque en el aula encontré desde aquél padre de familia que busca predicar con el ejemplo del estudio para que su propio hijo estudie, como también de aquella mujer que buscaba no solo ser exitosa al frente de su familia sino también de una función directiva.




En el aula me tocó verlos lidiar con sus miedos para exponer una temática. Me tocó observar como los nervios frenaban el avance en una participación, pero también como superaban todo para salir adelante.

Agradezco profundamente la distinción que me hicieron al finalizar la materia al nombrarme su Padrino de Generación.

Más allá de un halago, más allá de las fotos con las togas, la corbata, el discurso, me queda el gran compromiso que representa el ser su padrino.

Quizá muchos catedráticos vean esta acción como una actividad más, una foto más. Pero para mí, representa el poder acompañarlos ahora en su vida laboral. El no defraudarlos. Y a ello le estoy apostando.



Mis mejores deseos para cada uno de ellos. Que en su vida profesional y personal, todo resulte como lo han planeado.

Que Dios los bendiga.



"Sonríe Chiapas" llevando alegría a los niños hospitalizados


En nuestro programa siempre hemos llevado información para los jóvenes y profesionistas de Chiapas. Siempre hemos destacado la labor que muchos han realizado  y están realizando para poner el nombre del Estado muy en alto. 

Cuando recibí la llamada telefónica para solicitar el espacio en el Programa no dude ni un sólo momento. Reflejos y nuestra casa editorial, el periódico Péndulo de Chiapas, siempre hemos pugnado por ser medios de comunicación sensibles a nuestra sociedad.

Por ello, los micrófonos de Reflejos Péndulo Radio se abrieron para una Asociación especial. Para una causa especial. 

Aura Toka González y Paola Gutiérrez Espinoza acudieron a cabina a conversar con nuestro auditorio sobre la noble labor que se encuentran realizando. 

Ellas pertenecen a "Sonríe Chiapas" asociación civil presidida en el Estado por Viridiana Morales Pérez, quien se encuentra generando un movimiento de sonrisas en los niños que están internados en centros de salud.


Pareciera ser algo muy simple pero no lo es. Hacer sonreír a un niño en las condiciones de salud por las que se encuentran hospitalizados requiere de mucho más allá de buenos deseos. Se necesita de una fortaleza interna para ir en la búsqueda de la sonrisa de esos seres que son los reyes de la sinceridad. 

Creada en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas hace ya seis años, "Sonríe Chiapas" sigue caminando en los pasillos de hospitales con narices rojas y batas blancas, tratando de alegrar tan sólo un momento a aquellos infantes que se encuentran esperando un tratamiento, una rehabilitación, una operación y en ocasiones, quizá esperando la muerte. 


Con el respeto a la profesión de médico y la de los payasos profesionales, los integrantes de la asociación han decidido caracterizarse para ir con los niños. Y por ese respeto, en vez de "doctores" se han decidido llamar los "doitores de la risa". Y así acudieron a cabina, con las narices rojas, esas que las identifican en su actuar en las clínicas y hospitales de Chiapas.



El esfuerzo de esta organización ha crecido de tal forma que muchos jóvenes y profesionistas de los municipios de San Cristóbal de las Casas y de Comitán de Domínguez se han sumado como voluntarios, haciendo de las sonrisas un aliciente para los niños hospitalizados.


Con una sensibilidad que se dejó ver en todo momento en los ojos de las entrevistadas, "Sonríe Chiapas" hace una respetuosa invitación a la sociedad chiapaneca para que se incorporen como voluntarios para poder ser capacitados en improvisación, talleres de Clown hospitalarios, psicología y pedagogía, para poder ser lo que ya son : los "doitores de la risa".


Ojalá que lo que "Sonríe Chiapas" expresó a través de Aura Toka y de Paola Gutiérrez llegue a la juventud, a los profesionistas y a toda la población del Estado, para que no seamos ajenos al dolor y al sufrimiento que en cada camilla o cama de hospital existe en el alma de un niño enfermo y se unan a tan valiosa acción, poniendo no solo el nombre de la Entidad muy en alto, sino más bien, el corazón de todos los chiapanecos.

Aquí la entrevista completa:







Derechos Reservados para Luis Alberto Luna León


Jorge Zamorano Castillo. Premio Nacional en Artes Plásticas















                                                                                                  Derechos reservados para Luis Alberto Luna León



Una tarde lluviosa en Tuxtla Gutiérrez. Las calles cerradas por las remodelaciones que no modelan nada. Y con ese panorama nos dimos cita en la cabina de Reflejos Péndulo Radio.

Cuando concertamos la entrevista vía telefónica, he de decir que lo imaginaba de más edad. Su formalidad al hablar fue un indicador que no interpreté correctamente porque Jorge Zamorano Castillo es un chiapaneco con apenas 34 años de edad.

Relajado y con mucha sencillez, Jorge se apresuró a acomodarse en la silla asignada para una entrevista que yo imaginaba por demás interesante. Y no me equivoqué.

Con una trayectoria formal de tan sólo cinco años, pero con bocetos de muchos años atrás, Zamorano Castillo logró atraer la atención del jurado calificador y logró obtener el Primer Lugar en la Bienal Nacional de Artes celebrada en el Estado de Yucatán.

Dos obras suyas fueron seleccionadas y "Apretón de mano", realizada con carboncillo y acrílico sobre papel algodón, se logró imponer como triunfadora ante más de 1000 obras registradas en ese concurso.

Su gusto por las artes plásticas ha hecho que difunda sus conocimientos. "Nación chamula" es un taller que ha instituído para poder compartir y enseñar su estilo a aquellos que quieren destacar. Le ha denominado así en honor a los indígenas de Chiapas, para que de esa nación nazcan artistas chiapanecos que sigan y porque no, que superen sus pasos.

El chiapaneco manifestó en la entrevista que su obra encierra lo absurdo, la ironía y hasta un poco de sarcasmo. 

Y quizá eso fue el detonante para que hasta la fecha, su obra no pueda ser exhibida en foros chiapanecos, hasta llegar a sufrir una censura en una exposición de sus cuadros. Sin embargo, nada de eso le ha detenido en seguir labrando su destino en las artes plásticas. Hoy su obra se encuentra expuesta en Querétaro y Tabasco y Yucatán la ha convertido en parte de su patrimonio cultural.

Es ingeniero de profesión pero incursionó en el estudio de las artes plásticas. Hoy se encuentra en la parte final de su segunda carrera profesional. Y tiene que terminarla, porque su carrera artística, esa ya la ha comenzado desde mucho tiempo atrás.

De todo esto platicamos en esta entrevista. Esperamos que sea de su completo agrado.

Aquí la entrevista completa:


junio 05, 2014

Cuento 3. Construyendo el sueño






Ese día Odiseo quiso descansar del viaje. Se fue a rasurar y a darse una ducha. Su dormir se fue directo hasta las 6 de la tarde. El viaje había sido arduo y pesado. Antes de acostarse, se puso su loción predilecta. Se vistió con un short rojo que le gustaba por cómodo y, sin secarse, con las gotas de agua aperlando su espalda, su rostro y su cabello, se dispuso a dormir.

-Te va a hacer mal, no te duermas así
-No te fijes mami, es que tengo mucho calor.

Y así se durmió, secando con la temperatura de su cuerpo ese excedente de agua. Fue un sueño relajante. El que necesitaba para recuperar las fuerzas.

Pasado el tiempo, despertó. La camioneta esperaba cargada y la mercancía estaba inquieta por conocer su nuevo lugar. Él sabía que el tiempo transcurría y el pago de la renta se acercaba. Así que se apresuró a colocarse unos zapatos, un pantalón de mezclilla, una camisa vieja y bajó. Tenía que descargar toda la mercancía del vehículo.

Manubrios, calcomanías, rayos, rines, frenos, llantas y mucha mercancía relacionada con las bicicletas fueron descendiendo de la góndola de la camioneta. Todo ello con la ayuda de Blanca, quien siempre estaba al lado de su esposo.

-¿tanto compraste?
- no te preocupes, gordita, todo se venderá -respondió Odiseo como tratando de tranquilizarla.

La noche fue larga. El martillar fue el sonido que se dejó escuchar detrás de esa cortina de fierro del local. En los adentros, el matrimonio colgaba uno a uno los artículos. Y con ellos, colgaban los anhelos y las ilusiones.

Al otro día se dispusieron a preparar la gran apertura. Odiseo salió a comprar lo que necesitaría para adornar el local y cartulinas en color naranja y verde para los avisos del inicio de sus actividades en el negocio. Con un plumón de punta gruesa y de tinta negra, empezó a diseñar sus anuncios de HOY ABRIMOS.

Por su parte, Blanca y Lucía salieron a invitar a todos los vecinos desde muy temprano. Casa por casa tocaron a la puerta y en todas los recibían una sonrisa y el compromiso de que sí asistirían.

Doña Mariana, en cambio, no salió del departamento. Se ocupó en preparar los guisos que servirían al día siguiente para agasajar a los asistentes a la inauguración. Ella acostumbraba a elaborar sus diferentes recetas en trastes de barro. Decía que le daba otro sabor. Y quizá tenía razón. A todo mundo le gustaba la sazón de doña Mariana.

Por fin, el día de la inauguración llegó. La cita era en punto de las 2 de la tarde. Lo habían planeado así porque todos los vecinos regresaban a comer a esa hora.

Las banderitas de colores ya adornaban la puerta de la entrada al local. Sólo la cortina de fierro separaba del mundo a aquella pequeña empresa armada improvisadamente pero con toda la fuerza que dan los buenos deseos.

Los nervios fueron los primeros que hicieron acto de presencia en el evento. La ansiedad no se hizo esperar. Con el pañuelo blanco que siempre acostumbraba tener Odiseo en su bolsa trasera izquierda del pantalón, limpiaba los hilos de sudor que se dejaban desprender de su frente y también limpiaba los de Blanca, que estaba convertida en un manojo de nervios.

No va a venir nadie
Si vendrán, tranquilo- decía doña Mariana a su vástago.

Por fin las 2 de la tarde. Con una grabadora de doble casette en la mano, salieron presurosos a la calle. Ya muchos vecinos estaban esperando la apertura de esa nueva tienda, la primera en la cuadra que vendería artículos para bicicletas.

Al verlos, los vecinos empezaron alegremente a aplaudir. Odiseo levantó la cortina y los petardos que doña Amelia y su hijo César habían llevado empezaron a tronar. Todo era felicidad. Las cervezas menguaron el calor que hacía. Era el mediodía y el calor estaba en su máximo esplendor.

Los platillos caseros empezaron a desfilar entre los invitados. Carne molida cocida con limón, camarón en agua de chile, ensalada de tomate con camarón, pollo deshebrado con mayonesa y verduras –que hizo Lucía especialmente para el evento-, frijol con queso, guacamole con chile blanco y los tacos de cochito era lo que adornaban las mesas.

No hubo un solo invitado que dejara de probar la sazón de doña mariana. Y antes de que la fiesta avanzara, Odiseo pidió un poco de silencio. Le pidió a Blanca, a su hermana Lucía y a doña Mariana acercarse. Iba a dirigir unas palabras. Las abrazó. Y dirigiendo la mirada a los invitados, expresó:

-Les agradezco mucho el que hoy estén aquí. Para mi familia y para mí, es un acto que valoramos mucho. Nosotros somos nuevos en esta zona y es por eso que el agradecimiento es doble. Hoy están acompañando a unos completos desconocidos que quieren compartir con ustedes la alegría de empezar este negocio.

Y mientras Odiseo hablaba, la voz se le empezaba a quebrar. Estaba emocionado.

-A doña Amelia  –continuó Odiseo- quiero decirle que no vamos a defraudar su confianza por habernos dado en renta este local y el departamento sin solicitarnos una sola referencia. Muchas gracias doña Ame por todo su cariño y su apoyo.

Doña Amelia le veía cruzada de brazos, con una mirada tierna y con una leve sonrisa dibujada en los labios, consentía lo que escuchaba. Sus mejillas empezaban a dibujar un color rojo carmesí que hacia juego con su vestido en rosa.

-Y a todos ustedes queremos poner a las órdenes este negocio. Aquí encontrarán todo para sus bicicletas. Sus hijos ya no tendrán que esperar. Hoy yo podré arreglarles la bicicleta y con ello, ayudarlos para que la felicidad de sus hijos no desaparezca nunca.

-La primer visita va por nuestra cuenta – ofertó Blanca con una amplia sonrisa e interrumpiendo ingenuamente a Odiseo.

Los aplausos de inmediato se escucharon. Todos se acercaban a Odiseo y a su familia para abrazarlos y para desearles el mejor de los éxitos.

Así comenzó la historia de Odiseo y su familia. Con un acto simple y austero. Rodeados de gente que había acudido a la inauguración sin más interés que apoyar a los nuevos vecinos y desearles el éxito rotundo.

Todos eran gente de trabajo. De lucha constante. Todos habían surgido de la nada. Cada uno de los que asistieron los movía un sentimiento de fraternidad. Curiosamente así se sentían todos los de la cuadra. Como una nueva gran familia, olvidando que en el transcurrir de la vida, unos se quedan, pero otros se van.


Cuento 4. La sangre de Odiseo


Cuento 2. La Aventura








junio 02, 2014

Cuento 2. La aventura


















Por: Luis Alberto Luna León

Si Odiseo hubiera ido a una excursión al bosque, hubiera llevado más cosas de las que llevó a ese viaje. No acostumbrado a planear sino más bien a seguir sus corazonadas, preparó su camioneta, consiguió una lona para cubrir en la góndola la mercancía que compraría, tomó una maleta con algo de ropa, parte de sus ahorros, una bolsa con tortas para el camino que Blanca le preparó, y se fue a buscar destino.

Su esposa se quedó a la espera de las noticias que Odiseo pudiera hacerle llegar a través del teléfono. Simplemente era esperar la llamada en la caseta telefónica de la esquina.

El tiempo pasó y la llamada no llegaba. Odiseo no daba muestras de supervivencia y eso angustiaba a Blanca.

Para evitar estar sola, Odiseo, antes de partir, le había pedido a su mamá y a su hermana acompañar a su esposa. Ellas habían acudido al auxilio. Se acomodaron como pudieron en el departamento. Y no costó mucho. Habían tres cuartos y muchos deseos de estar juntos. Pero ellas se sentían desprotegidas, carentes de algo por el viaje de Odiseo.

Y es que Odiseo se había convertido en la brújula de vida. El daba el camino a seguir, la ruta a tomar y, al no tenerlo cerca, esas mujeres estaban como rosas en el bosque, cabeceando al capricho del viento de la tarde, temerosas.

Ninguna decía algo, pero la ausencia del timón de la familia las angustiaba hasta el hartazgo. Y no era para menos. Además del vacío que había en ellas, Odiseo no conocía la capital del país. Todo mundo sabía que esa ciudad era un dragón de mil cabezas y los peligros siempre estaban a la orden del día. Habían escuchado de tantas cosas que esperaban con zozobra.

Pero ellas, en su interior, confiaban en él. Estaban consientes de que era un hombre muy inteligente y con mucha suerte. Además, ya se lo habían encargado a la Virgen de Guadalupe.

Por fin, una mañana, casi de madrugada, Odiseo hizo acto de presencia. Se apostó en la calle con su camioneta roja y tocó la bocina con una melodía estruendosa pero muy pegajosa. Quería sorprenderlas y lo logró. Abrieron sus ojos como si hubieran recibido una descarga eléctrica. De inmediato, algo golpeó en sus corazones y les decía “es Odiseo”.

Con la misma rapidez que tiene el gato al sentir que cae de espaldas, así se incorporaron de la cama. Blanca, doña Mariana y Lucía se asomaron a la calle. Y ahí estaba él, mirándolas. 

Con una gorra blanca de beisbol puesta en la cabeza y con sus lentes obscuros de armazón dorada como los que usan los aviadores. Con la mano derecha en el cofre de la camioneta, la mano izquierda al lado de su cintura y con la vista levantada hacia ellas, les chiflaba y les sonreía, como solo sonríen los triunfadores. Y él, en ese momento, así se sentía.

La felicidad se agolpaba en los pechos de las tres mujeres como un desesperante “flato”. No sabían si reír o llorar de la alegría. Y con esos sentimientos encontrados, bajaron las estrechas escaleras para ir a su encuentro y abrazarlo.

Eran las 7 de la mañana. Los cuatro se convirtieron en uno solo a través del abrazo que le dieron a Odiseo. Por breves instantes, quizá unos segundos, se quedaron así, abrazados.

-Qué bueno que ya estás aquí, gordo.

-Ya las extrañaba, gordita, ya quería verlas, me hicieron mucha falta

-Nos escuchó la Virgen de Guadalupe, hijo, recé todas las noches para que regresaras con bien. Le voy a poner su veladora para agradecerle.

Subieron al departamento dándole gracias a la virgen de Guadalupe que lo había traído sano y salvo. Doña Mariana se apresuró a hacer el desayuno que tanto le gustaba a su hijo. Lucía, la hermana de Odiseo, ayudó a bajar la maleta de la camioneta y Blanca no paraba de besarlo.

El aroma del huevo con chorizo no se hizo esperar. Inundó el departamento casi de inmediato. Lucía puso el mantel plastificado para no ensuciar a la mesa. Era azul y lo adornaban flores de cartucho de color blanco con su espádice de color amarillo.

El desayuno fue elaborado en un dos por tres. Los frijoles refritos machacados, el queso, la crema, tortillas calientes y el café con leche esperaban ya a Odiseo.

Se sentaron. Y con la tranquilidad que da el saber que la misión ha sido cumplida y que no hay asignaturas pendientes, se dispusieron a disfrutar el desayuno preparado por doña Mariana.

Odiseo fue contando su travesía. No paró en detalles. Sabía que ni su mamá, ni su hermana y mucho menos Blanca, conocían la capital. Era la oportunidad para describírselas tal cual.

Comentó que entró por la calle de Lechería y que se había acercado a un taxista para pedirle que lo llevara al centro de la ciudad al que llamaban “Centro Histórico”. Les presumió que se había hospedado en el Hotel Regis. Que le había gustado mucho. El hotel era enorme. De mucho lujo. Así decía. Ellas lo observaban atónitas, sin mediar palabra seguían una a una las anécdotas vividas por él.

-Pedí un café con leche pero no sabe igual al tuyo, mamacita- dijo Odiseo a doña Mariana.

-Como el de mamá no hay igual –dijo airosa Lucia al tiempo que todos rieron a boca de jarro.

En eso, Odiseo volvió los ojos a Blanca quien lo miraba extasiada, embelesada, como solo miran los enamorados.

- Te extrañé mucho, gordita- comentó Odiseo acariciándole el cabello con las manos aún adoloridas por el viaje.

-Yo no podía vivir sin ti. Ya anhelaba tu regreso. Sentía que cada día que pasaba mi corazón iba a estallar. Me hacías mucha falta, Odiseo.

La mañana transcurrió. Todo era pláticas y risas. El mundo giraba y esa mesa estaba ahí, en medio de la vorágine de la ciudad que era Valle Nuevo. Ni el ruido de los coches, ni el cantar de los pájaros y tampoco el transcurrir del tiempo, nada importaba. La familia estaba completa y, el sueño...por comenzar.