Luis Luna León sábado, diciembre 30, 2023 0 comments Golosinas Home » Unlabelled » Golosinas Pues aquí estamos, fumando un cigarrillo con la añoranza del ayer y con la esperanza del mañana. Y aunque la metáfora me ayuda para enviar un mensaje, ese cigarro sabe más rico en mis historias que en mis labios. Ya no fumo. Hoy me encuentro convencido. A punto de cerrar el teatro. Dispuesto a bajar el telón. Se acabó lo que muchos llaman "el show", esos que dan los payasos. Quizá estoy así por no tener nada que hacer mientras acompaño a mi mamá en el cuadro de neumonía que tiene y que llegó sin avisar. Tal y como llega y como se va la vida. Pero estamos de pie. A punto de quitarme el maquillaje. Los shows se acabaron. No solo por cierre de año. Se acabó la temporada y era la última. Ya no me haré el comprensivo ante la vida para después hacerme el ofendido y al final victimizarme como muchos imaginan. Se equivocan una vez más. Y escribiendo este texto, vino a mi mente un poema escrito por un brasileño. Y no, no es la pluma del gran Paulo Freyre, uno de mis íconos literarios. Tampoco es de Daniel Boaventura, ese brasileño que gusto escuchar sus canciones y ver sus videos cuando decido vivir una bohemia algún fin de semana. No. El poema no es de ninguno de ellos. En esta ocasión es del brasileño Mario de Andrade. En él, está reflejado mi sentir. Exactamente el que habita en mi mente y en mi corazón. Por eso aquí lo comparto. Esperando que sirva de reflexión para todos aquellos que, como yo, estén tomando decisiones de vida. Y si lo que describe el poema, es algo que ya han conversado con alguien más en algún momento de sus vidas, pues es momento de hacer que esa plática valga la pena. Aquí el poema... "Golosinas" Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora. Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces; los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente. Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada. Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido. Mi tiempo es escaso como para discutir títulos. Quiero la esencia, mi alma tiene prisa… Sin muchos dulces en el paquete… Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana. Que sepa reír de sus errores. Que no se envanezca con sus triunfos. Que no se considere electa antes de la hora. Que no huya de sus responsabilidades. Que defienda la dignidad humana. Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez. Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena. Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas… Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñaron a crecer con toques suaves en el alma. Sí…, tengo prisa…, tengo prisa por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar. Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan… Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido. Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con los que decidan estar a mi lado y con mi conciencia. Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una. Share This To : Facebook Twitter Google+ StumbleUpon Digg Delicious LinkedIn Reddit Technorati
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