Luis Luna León jueves, mayo 10, 2012 0 comments agradecimiento conciencia gracias hijos madre mamá reflexión A la Madre Home » agradecimiento » conciencia » gracias » hijos » madre » mamá » reflexión » A la Madre Muchas palabras son las que se han escrito cuando se trata de celebrar el día de las Madres. Sentimientos a flor de piel, todos ellos corriendo descalzos. Desnudos. Tal y como es el verdadero amor. Todos sentimos esa fuerza por dentro. Esa necesidad de expresarnos. Está explotándonos por dentro queriendo salir para que todo el mundo sepa cuanto amamos a la madre viva o ausente. Sin embargo, dentro de todas esas palabras, hay una que en lo personal me mueve. Una palabra que es tan profunda, que de solo ubicarla en mi mente, me hace acurrucarme como cuando lo hacía de niño. Y me refiero a la palabra GRACIAS. Si, hoy no quiero solo felicitar a todas las madres. Hoy quiero decirles también eso, GRACIAS. Gracias por creer en sus hijos cuando nadie lo hacía. Por hacerlos sentir el triunfador cuando los esperan al finalizar la carrera. Por cuidar de sus hijos en las noches de enfermedad. Por enseñarlos a bañarse, a vestirlos, a comer, a caminar, a hablar. Quizá por eso la primera palabra que un hijo aprende es la de MAMÁ. Gracias por ser así, luchadoras, guerreras, incansables, sacrificadas. Gracias por sacar fuerzas de algún lugar de su ser cuando la adversidad les pisa los pies y no las deja avanzar. Gracias por tener siempre el arrojo para levantarse cuando se han caído. Por aprender a dividir su tiempo entre la oficina, la casa y sus hijos. Por tener siempre esa “pastilla mágica”, esa que cura el dolor de cabeza, el de estomago y hasta el dolor de cuerpo cuando ellos no quieren ir a la escuela. Gracias por tener ese grado de tolerancia que como Papá muchas veces no tenemos. Gracias por todos los desvelos, por las caricias, por hacernos ver, siendo niños, que la vida es hermosa aún y cuando para ustedes los días siempre estén nublados. Gracias por hacer a sus hijos protagonistas de historias. Por convertir un plato de sopa en la mejor de las batallas, con esos aviones que existen solo cuando sus hijos abren la boca para podérselos comer. Gracias por hacer de sus hijos los máximos súper héroes, al celebrarles sus maromas cuando éstos andan con una toalla colgando como capa. Gracias por enseñarles a sus hijos que las manos no solo sirven para jugar con plastilina, sino que también al pegar las palmas sirven para orar y para pedirle a un Dios para que siempre los cuide. Gracias por enseñarles a sus hijos que la almohada es mágica y que cuando tienen pesadillas basta con solo voltearla para que el mal sueño se acabe. Gracias por enseñarnos que el aire es tan fuerte, que solo es necesario respirar fuertemente para emprender nuevamente el camino. Por esas luchas titánicas con ese “gallo” en el cabello al peinarlos cuando van a la escuela. Gracias por nunca cansarse al levantar esos juguetes que sus hijos dejan tirados y que los papás solo pateamos para hacerlos un lado, olvidados de que estamos en un mismo frente y al mismo nivel y que ninguno está por encima del otro. Gracias, sí mamás, de corazón gracias. Siempre he creído que el único sentimiento que no tiene manos es el amor. Al amor no lo podemos escribir, lo tenemos que demostrar. Y ustedes, las madres, son el ejemplo perfecto de lo que yo creo. Porque para saber cuánto ama una madre, a los hijos solo nos basta cerrar los ojos y recordar todo lo que ustedes hacen por nosotros. Ustedes no escriben el amor. No necesitan de inmensas cartas o de tarjetas entregadas con un mariachi en plena madrugada para demostrar cuanto aman a sus hijos. Lo demuestran en cada acto, y lo hacen todos los días de su vida, en cada sonrisa, en cada gesto, en cada desvelo. No hay necesidad de escribir nada. Ustedes logran hacernos sentir el amor. Para ustedes madres todo mi agradecimiento. Y no hablo solo de aquellas madres que tuvieron un parto en la matriz. Hablo también de aquellas que tuvieron un alumbramiento en el corazón. Para aquellas madres que sin venir de sus entrañas, dedican su vida a dar amor a ese ser para hacerlo también su hijo para defenderlo y cuidarlo como a su propia vida. Por todo ello, eternamente gracias. Share This To : Facebook Twitter Google+ StumbleUpon Digg Delicious LinkedIn Reddit Technorati