Luis Luna León lunes, febrero 20, 2023 0 comments luis alberto luna leon luis luna leon luislunaleon El mago del olvido. Home » luis alberto luna leon » luis luna leon » luislunaleon » El mago del olvido. Siempre he creído que en cada uno de nosotros habita un mago. No sé exactamente en dónde. Está escondido. Los seres humanos tendemos a mandar todo al olvido. Desde aquello que nos hizo daño o bien, que nos hizo felices. Olvidamos todo muy rápido. O al menos eso creemos. Y me preocupa la manera tan fácil como olvidamos. El programa de Chabelo que pasaba los domingos por la tele. Las películas de Pedro Infante o de Cantinflas. El robot XL3 que tuve siendo niño. El coche convertible azul en el que se paseaban las muchachitas en la novela que protagonizó Kate del Castillo antes de ser la Reyna del Sur. Las corretizas que le pegaba Ruffo el coyote al correcaminos en aquella caricatura de mi época. Las películas en formato VHS. Los casetes de música, los chilitos aquellos que se vendían afuera de mi escuela secundaria. Aquella frase de “ciérraleeeee” que le gritaban a manera de burla a los gorditos por el comercial de televisión en el que pedían cuidar el agua. Las pistas para bailar en las discotecas y hasta las discotecas mismas se han ido al olvido. A quien nos ayudó en los momentos de desgracia e incluso se ha ido al olvido aquel amor que nos hacía sentir mariposas en el estómago por todo lo que a su lado vivimos. Olvidamos todo. Sin embargo, en honor a la verdad, creo que nada podremos olvidar, aunque nos empeñemos en ello. Todos tenemos el mago del olvido que te hace nuevamente vivirlo. Y es que cada cosa estará en nuestra mente. Intacta. Como si nuestra memoria se tratase de una celda de máxima seguridad protegida contra escapes. Y en el momento menos esperado volveremos a nuestros recuerdos. Y volveremos a recordar las veces que Pedro Infante gritaba “toritoooooo” en aquella película blanco y negro. Y volveremos a querer “catafixiar” lo que estaba en la bolsa izquierda por lo que se tenía en la bolsa derecha. Y volveremos a sentir nostalgia con solo leer la letra de aquella canción de Soda Stereo que decía… …”No tenemos donde ir Somos como un área devastada Carreteras sin sentido Religiones sin motivo Como podremos sobrevivir”… Y así como la música, todo vuelve a vivirse como si fuera el momento en el que por primera vez pasó. Y vuelve sin avisar. Volvemos a sentir lo que sentimos cuando conocimos por primera vez a esa persona que nos hizo vibrar. Recordaremos cada calle caminada a su lado. Cada lluvia dentro del auto. Cada beso y cada caricia. Cada escena vivida, cada sonrisa, cada carcajada. Las llamadas telefónicas que nos alegraban el momento. Cada conversación. Aquellas pláticas interminables al lado de una copa. Incluso cada reconciliación coronada por esos mágicos besos. Si. Todo vuelve a vivirse. Por eso creo que nadie olvida nada. Natalia Lafourcade lo sabe cuándo dice en sus letras… …” Yo te llevo dentro Hasta la raíz Y, por más que crezca Vas a estar aquí O que yo me oculte tras la montaña Y encuentre un campo lleno de caña No habrá manera, mi rayo de luna, que tú te vayas Que tú te vayas”… Así son los recuerdos. Y así creemos que es el olvido. Pero no. Se aprende a vivir sin todo eso que nos fascinaba. Nos mentalizamos a tal grado, que decidimos poner “contacto cero” con todo aquello que según, nos hizo daño. Pero en el fondo, muy en el fondo, nada mandamos al olvido. Ese genio del olvido nos lo impide de tal forma que volvemos a vivir y a sentir con solo pensar en esos ayeres. Lo tenemos tan vivo y tan cercano, que preferimos dejar de pensar, de ver o escuchar su simple voz porque de hacerlo, nos volverá a emocionar a tal grado de sentirnos felices y hacernos sonreír. Nada es tan bueno, y tampoco nada es tan malo. Cada cosa nos aporta algo. Y si al recordar lloramos o sonreímos, quizá nos aportó felicidad. Porque llorar no siempre es sinónimo de que todo fue gris. Se llora porque tenemos una mezcla de sentimientos y de recuerdos que se agolpan como aves que pretenden salir al mismo tiempo en una pequeña ventana hacia la luz. Debo confesar que ya estoy graduado en tristeza y tengo maestría en aceptar lo que la vida me ponga en el camino. Hay personas que se empeñan en alejarse tanto del otro, que se olvidan que el mundo es redondo. Las etapas son parte de nuestra formación. A eso le apuestan los docentes en las escuelas. Y muchos maestros serán recordados por siempre. Y en la vida, también pasa igual. Pero creo que olvidar, eso nunca pasará. Y todo gracias, al mago del olvido. Share This To : Facebook Twitter Google+ StumbleUpon Digg Delicious LinkedIn Reddit Technorati
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