Luis Luna León miércoles, mayo 15, 2013 0 comments aula día del maestro educación formación libros maestros reconocimiento trascender Más allá de educar Home » aula » día del maestro » educación » formación » libros » maestros » reconocimiento » trascender » Más allá de educar Educar es algo que busca todo maestro. La educación distingue a una persona con otra. Nos hace diferentes. Sin embargo, hay una palabra que quizá tiene mayor relevancia para mí. Y me refiero a formar. Formar es algo que debería de considerarse algo especial. Todos pueden hacerlo pero pocos saben hacerlo. Uno va por la vida escolar caminando y encontrándose a distintas personalidades, hombres y mujeres que te permiten un espacio de vida y deciden compartirlo contigo. Por ello, hoy Día del Maestro, quiero hacer público mi agradecimiento a cada uno de los maestros que tuve a lo largo de mi vida. Desde primaria hasta el posgrado. A cada uno de ellos mi agradecimiento por su tiempo y enseñanza. Pero quiero hacer un especial reconocimiento. Y este va dirigido a aquellos maestros a los que les observé responsabilidad, emoción, entrega y compromiso en el aula. A los maestros que no repartían copias para formar equipos y pasar a los alumnos a exponer, transfiriéndoles la responsabilidad de dar las clases y no realizarla ellos como maestros. A todos aquellos que no se pasan media clase anotando y anotando y anotando y anotando en el pizarrón, desaprovechando tiempo e impidiendo el avance en la materia. A los que me hacían comprender un tema, más allá de aprenderme su concepto tal y como dice un libro. A los que en clase me preguntaban los temas vistos a diario, porque así me obligaban a estudiar. A los que me confrontaban con fundamentos y con su experiencia y no con evasivas y datos incorrectos. A los que me permitieron conversar con ellos y formarme un criterio. A los que me permitieron observar su actuar fuera del aula y conocer el significado de la palabra congruencia. A los que no me daban puntos extras por participar en clase, enseñándome que no podemos premiar algo que es una obligación de estudiante. A los que me enseñaron a tener iniciativa sin nada a cambio, para no ser como el ratón que corre por la rueda a cambio de su quesito. A los que no me pasaron con aprobatoria cuando acudí a mendigar un .5 en una calificación. A los que me enseñaron a enojarme con los exámenes acumulativos. A los que me dejaron de hablar y de saludar fuera del aula motivados por el hecho de haberles expresado mi punto de vista diferente al suyo. De ellos también aprendí que siempre hay que separar lo profesional de lo personal. A los que me exigían redactar. A los que me dieron consejos. A los que me presionaron. A los que me obligaron a conocer autores, a leer libros. A entender que leer es lo que inicia el proceso y éste nunca termina. A todos ellos, muchas gracias. Porque quiero decirles que hoy que me encuentro desarrollándome en el ámbito laboral, todo lo que hicieron conmigo cobra sentido. Citar los nombres sería imposible. Y no por no acordarme de sus nombres sino por la falta de espacio. Tengo la gran fortuna de recordar los nombres completos de cada uno de ellos. Por eso estoy aquí, sentado frente a este monitor, redactando estas líneas a manera de homenaje para mis maestros, a esos que vi emocionarse en una clase y hacer de sus alumnos hombres y mujeres con un criterio académico definido y no reducirlos a simples grabadoras de conceptos. A ustedes, mis maestros, mi agradecimiento por todo. Cada una de sus enseñanzas me han servido no solo para mi vida profesional sino que también, he podido utilizarlas para mi vida personal. Y aprovecho para felicitar a todos los maestros en su día. Que Dios les diga brindando la oportunidad de estar en el aula y hacer lo que solo ustedes saben hacer: formar más allá de educar. Share This To : Facebook Twitter Google+ StumbleUpon Digg Delicious LinkedIn Reddit Technorati
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